Eduardo Jaudenes de Salazar CEO de MUSIKDEI

Ha nacido una nueva estrella en el firmamento mundial se trata de la joven artista JORDAN BOYD, que en la presentación de su nuevo trabajo em la madrileña sala Siroco, demostró ser una artista preparada, con calidades extraordinarias, luciendo primorosa y riquísima técnica, plural variedad de matices y personalidad arrolladora.
Se lució plenamente abordando detalles que avalan su clase. Libertades en el uso de la forma y el color.
Da gusto escucharla. Hace disfrutar mucho al público oyéndola cantar, de muy amplio caudal, agradable y afectiva, extensa y bien proyectada, arriba en un agudo amplio y timbrado, exquisito.
Consigue un equilibrio perfecto entre los agudos amplios y timbrados, centro henchido y graves naturales, bien proyectados. Característica esta que hace no cansarnos nunca de escucharla.
De timbre cremoso y perfumado, de insólita igualdad de registros, de fácil y sonoro agudo, centro lleno y graves naturales y bien proyectados.
Técnica sólida trabajada que le proporcionan una cómoda y desahogada emisión, un fraseo de rara naturalidad y de clara y elegante configuración, aspectos favorecidos por su aplicación y sus dotes de natura.
El éxito se obtiene cuando se abre la puerta de la emoción en los espectadores, se puede entrar por la puerta principal o la de servicio, cuando se llama sin avisar, se corre el riesgo de ser arrojado a la calle. Aquí con JORDAN BOYD la emoción estaba garantizada y avisada y entró por la puerta principal, la del corazón de los asistentes.
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