EDUARDO JAUDENES DE SALAZAR (CEO)
OBRAS MAESTRAS DE LA COLECCIÓN VALDES EN EL MUSEO DE BELLAS ARTES DE BILBAO
Obras maestras de la colección Valdés es una exposición de visita obligada para todos los amantes del arte.
Obras maestras de la colección Valdés es una exposición de visita obligada para todos los amantes del arte.
Por Eduardo Jáudenes de Salazar.
Una impecable producción del Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Una muestra que no se puede dejar de ver bajo ningún concepto.
La exposición Obras maestras de la colección Valdés reunirá en la sala BBK del museo 79 obras que en su día pertenecieron a esta prestigiosa colección bilbaína, una de las mejores de su tiempo. En muchos casos se trata de obras inéditas, poco conocidas o que, hasta ahora, nunca habían sido expuestas al público.
Abarca una extensa cronología, desde el arte medieval hasta el siglo XX, que comienza con el gótico y continúa con maestros antiguos y modernos de la talla de El Greco, Anton van Dyck, José de Ribera, Francisco de Zurbarán, Bartolomé Esteban Murilo, Juan de Valdés Leal, Francisco de Goya, Eduardo Rosales, Mariano Fortuny, Darío de Regoyos, Joaquín Sorolla, Ignacio Zuloaga, Julio Romero de Torres, Daniel Vázquez Díaz, José Gutiérrez Solana o Robert Delaunay.
Se trata fundamentalmente de pinturas, aunque se exhiben también dos ejemplos magistrales de escultura, el Ecce Homo y la Dolorosa de Pedro de Mena, dos tallas barrocas que hasta ahora se creían perdidas, y dos bellos paneles clasicistas en mármol de Mariano Benlliure.
Las obras proceden en buena medida de los herederos de Félix Fernández-Valdés (Bilbao, 1895-1976), pero también de otras colecciones privadas –Abelló, Arango o Botí, entre otras– o públicas como el Museo Nacional del Prado –que presta cuatro obras–, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Museo de Bellas Artes de Asturias, el Museo de Bellas Artes de Valencia o el Museu Nacional d’Art de Catalunya.
Por su trascendencia, cabe mencionar el préstamo por parte del Prado de la emblemática pintura de Goya La marquesa de Santa Cruz (1805), sin duda la obra más relevante de la colección por su extraordinaria calidad y por la intrincada historia de su procedencia. La investigación llevada a cabo ha desvelado que Valdés adquirió el retrato en 1947 por un millón y medio de pesetas al gobierno de Francisco Franco, que en 1941 había comprado el cuadro y organizado una operación para regalarlo a Hitler que finalmente no fue llevada a cabo
De este modo, la exposición reconstruye una de las colecciones privadas más importantes de la segunda mitad del pasado siglo, cuya relevancia es bien conocida por los historiadores del arte. Sin embargo, y a pesar de la ejemplar labor coleccionista de su propietario, de la gran calidad del conjunto que logró reunir y de la trascendencia que sus obras tuvieron en otras colecciones públicas y privadas tras su dispersión, hasta ahora no había sido estudiada en profundidad.
Referenciada por la historiografía artística pero realmente poco conocida, el reto de poner en pie esta muestra para poder así recomponer la colección ha sido, en primer lugar, localizar las obras, en ocasiones inéditas y conocidas solo por menciones en el inventario post mortem o por antiguas fotografías. Por otra parte, desentrañar los criterios de Valdés y su forma de coleccionar, y saber por quién fue asesorado constituyen una valiosa aportación a la historia del coleccionismo español de obras de arte que queda recogida en los textos de los comisarios que se incluyen en el catálogo editado con motivo de la exposición.
Al tiempo que, a través de la investigación llevada a cabo, se da a conocer un hito en el coleccionismo privado de obras de arte, esta muestra es también un homenaje a esa práctica cultural que forma parte del origen y la historia de muchos museos, como es el caso del Museo de Bellas Artes de Bilbao.
De hecho, en la colección del museo destacan por su calidad y por la categoría de sus autores siete obras procedentes de la colección Valdés, firmadas por Andries Daniels y Frans Francken el Joven, Juan Carreño de Miranda, Anton van Dyck, Leornardo Alenza, Vicente López, José Gutiérrez Solana y Robert Delaunay.
En ese sentido, cabe recordar que la relación de Valdés con el museo de Bilbao alcanza otros ámbitos, ya que participó en la custodia del patrimonio artístico durante la Guerra Civil, almacenado en el depósito franco de Uribitarte, y en esos mismos años fue designado vocal de la Junta del museo en diversos momentos de su historia.
El trabajo emprendido por los comisarios –María Pilar Silva Maroto, jefe de Conservación del Museo Nacional del Prado hasta 2017, y Javier Novo González, coordinador de Conservación e Investigación del Museo de Bellas Artes de Bilbao– ha tenido que sortear diversos obstáculos. El primero, el carácter discreto que, en su momento y aún hoy en día, exige la labor coleccionista y que fue especialmente reservado en el caso de Félix Fernández-Valdés.
En un tiempo en el que las casas de subastas no dominaban aún el mercado artístico y, por tanto, no estaba generalizada la compraventa de obras de arte y su publicidad pública, los coleccionistas se dejaban aconsejar por la profesión. De este modo, marchantes, anticuarios, artistas, historiadores y restauradores los acompañaban, junto con su instinto y gusto particular, en la búsqueda de piezas que engrandecieran sus colecciones.
En el caso de Valdés, hombre de negocios sin gran formación artística, fueron esenciales el consejo y las gestiones de, entre otros, su gran amigo el marchante, copista y restaurador Luis Arbaiza, el historiador Enrique Lafuente Ferrari, el restaurador del Prado Jerónimo Seisdedos o Isabel Regoyos –hija y nuera, respectivamente, de los pintores Darío de Regoyos y Aureliano de Beruete–. Precisamente, la importante colección del pintor Aureliano de Beruete fue otra de las fuentes para la colección Valdés.
Gracias a todos ellos y a su acierto como coleccionista, el empresario bilbaíno fue capaz de reunir un conjunto que destacaba entre las colecciones de su tiempo y llegó a conservar unas cuatrocientas obras entre pinturas y esculturas, además de platería, tapices, mobiliario y otras piezas de artes decorativas.
En el origen de su pasión por el arte se encuentra la figura de su tío, el también coleccionista Tomás de Urquijo, quien legó todos sus bienes a su sobrino. Entre ellos se encontraba el Cristo crucificado (c. 1577) de El Greco, seguramente reflejo de la revalorización del pintor cretense por parte de Ignacio Zuloaga y muy acorde con las profundas convicciones religiosas de Valdés, quien, junto con Zurbarán, lo consideró uno de sus pintores predilectos. Ambos pintores, El Greco y Zurbarán, están muy bien representados en la colección.
Valdés comenzó a coleccionar a finales de los años treinta, aunque la mayor parte de las adquisiciones se produjeron durante los años cuarenta y cincuenta, una época convulsa, pero de gran prosperidad para el empresario bilbaíno –tuvo negocios de importación de madera, aceite de palma y cacao en la Guinea española hasta su independencia en 1968–, que supo encontrar obras procedentes de otras colecciones nobiliarias o de conventos e iglesias en fase de dispersión.
La colección se alojaba en el número 15 de la Gran Vía de Bilbao, donde Valdés vivió desde 1920 hasta su fallecimiento. Gracias a la exposición, se han encontrado fotografías hasta ahora inéditas que muestran distintas estancias de esta auténtica museografía doméstica. Se sabe, por ejemplo, que en el salón colgaban obras de El Greco, Zurbarán, Valdés Leal y Murillo, y que en la capilla dispuso, entre otras, las dos tallas policromadas de Pedro de Mena y el Van Dyck del museo de Bilbao, mientras que en su dormitorio podía contemplar pinturas de Zurbarán, Ribera y Morales. A su muerte en 1976, las obras pasaron a sus numerosos herederos y se fueron dispersando para formar parte de otras colecciones particulares e instituciones públicas.
El interés de Valdés se centró, principalmente, en los maestros de la pintura española del siglo de Oro –El Greco, Zurbarán, Valdés Leal, Murillo o Carreño–, pero también en la pintura española medieval –con ejemplos significativos como el tríptico de Bernardo Serra, la tabla de Fernando Gallego o el tríptico de Quejana (Álava)–, sin olvidar autores renacentistas como Luis de Morales. También incorporó a la colección nombres destacados de las escuelas flamenca y holandesa como Isenbrandt, Van Dyck o Benson.
La pintura del siglo XIX es otro de los núcleos principales de la colección, con los espléndidos retratos La marquesa de Santa Cruz de Francisco de Goya y Concepción Serrano, después condesa de Santovenia de Eduardo Rosales –hoy ambos en el Museo del Prado– . De Rosales se exponen, además, varias piezas inéditas junto a otras obras destacadas de Vicente López, Antonio María Esquivel, Leonardo Alenza, Martín Rico, Mariano Fortuny y Raimundo de Madrazo.
Del periodo entre siglos y primeras décadas del XX sobresale la amplia representación de los pintores Darío de Regoyos y Joaquín Sorolla. El deslumbrante Después del baño (1902) de Sorolla se muestra al público por vez primera en esta exposición. De esta época, son también las obras de Ignacio Zuloaga, Isidre Nonell, Aurelio Arteta, Julio Romero de Torres, José Gutiérrez Solana, Joaquín Mir, Hermen Anglada Camarasa o Daniel Vázquez Díaz.
Con Vázquez Díaz, mantuvo Valdés una relación especial y llegó a comprarle siete pinturas y varios dibujos. Además, una pequeña vista de la catedral de París de Robert Delaunay propiedad del pintor, hasta ahora inédita, pasó a engrosar la colección, mostrando así la amplitud de miras del interés coleccionista de Félix Fernández-Valdés.
La muestra se puede ver en la sala 32 del Museo de Bellas Artes de Bilbao hasta el 01 de febrero de 2021
Con motivo de la exposición se ha editado un magnífico catálogo que no puede faltar en ninguna biblioteca de arte que se precie.
OBRAS MAESTRAS DE LA COLECCIÓN VALDÉS
El coleccionismo particular ha tenido un papel esencial en la historia y desarrollo del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Esta exposición rinde homenaje a esa práctica cultural al tiempo que reconstruye una de las colecciones particulares más importantes de la segunda mitad del pasado siglo. Se trata de la colección de Félix Fernández-Valdés Izaguirre (Bilbao, 1895-1976), que en su momento reunió en torno a cuatrocientas obras que, tras el fallecimiento de su propietario, se fueron dispersando para formar parte de otras colecciones e instituciones relevantes.
Autor/es: Javier Novo González, Pilar Silva Maroto
ISBN: 978-84-18171-02-4
Fecha de publicación: 06/10/2020
Idioma/s: Castellano
Medidas: 24 x 30 cm
Encuadernación: Rústica con solapas
N° de páginas: 232
N° de ilustraciones: 113 (color)
Invitadas. Fragmentos sobre mujeres, ideología y artes plásticas en España (1833-1931) es una muestra de visita obligada para todos los amantes del arte.
Una impecable producción del Museo Nacional del Prado. Madrid.
El Museo del Prado es una referencia siempre, incluso con pandemia.
Una exposición que no puedes dejar de ver bajo ningún concepto del hasta el 14/03/2021
Por Eduardo Jáudenes de Salazar.
La primera exposición que organiza el Museo Nacional del Prado tras su reapertura, “Invitadas”, tiene como objetivo ofrecer una reflexión sobre el modo en el que los poderes establecidos defendieron y propagaron el papel de la mujer en la sociedad a través de las artes visuales, desde el reinado de Isabel II hasta el de su nieto Alfonso XIII.
En este tiempo el Museo del Prado se convirtió en elemento central de la compra y exhibición de arte contemporáneo y desempeñó un papel sustancial en la construcción de la idea de escuela española moderna.
En esta exposición se reivindica el papel de la mujer y la hostilidad con la que fue tratada por el sistema del arte español en el siglo XIX y principios del XX.
La exposición, ordenada a través de episodios particularmente significativos de este sistema artístico, genera un conjunto de escenarios para reflexionar desde la colección del propio Museo, y para analizar algunas de las consecuencias más profundas de una mentalidad compartida. En todos estos espacios las mujeres que aparecen son pocas veces protagonistas por voluntad propia y rara vez están en los lugares que desean; sólo fueron invitadas incómodas en la escena artística de su tiempo.
Este recorrido pone también de manifiesto el compromiso del Museo Nacional del Prado con la conservación, estudio y difusión de sus colecciones en su deseo de visibilizar obras no siempre al alcance del público mediante su incorporación a nuevas narrativas.
Reúne una selección de más de 130 obras procedentes, en su mayoría, de la pinacoteca española.
Uno de los mayores atractivos de la exposición radica en haber acudido al arte oficial de la época.
Alguna de las obras sorprende a una sensibilidad contemporánea por ser expresión de un tiempo y una sociedad ya obsoletas.
Fundación AXA es el primer y más fiel colaborador, pues lleva veintiún años colaborando con el Prado y cada muestra supera a la anterior
Una muestra conducida, como comisario, con profesionalidad, profundidad de conocimientos y talento por Carlos G. Navarro, conservador del Área de Pintura del siglo XIX del Museo Nacional del Prado.
La muestra no busca simplemente poner en valor y rescatar las obras de las principales mujeres artistas desde el reinado de Isabel II hasta la proclamación de la Segunda República, sino que todo el recorrido está claramente vertebrado por un análisis ideológico que denuncia el molde patriarcal promovido por el Estado español y cómo afectó a las creadoras. La pintura se convirtió en una herramienta sobre la cual proyectar la sociedad ideal: esa en la que las esposas estaban supeditadas a los maridos, donde la mujer alegorizaba todos los vicios, la que ridiculizaba la rebeldía de las jóvenes «caídas» y moralizaba sobre los supuestos malos hábitos progenitores femeninos.
Todas esas fueron las creaciones premiadas en las exposiciones nacionales, el principal foco de prestigio y reconocimiento para los artistas españoles del XIX, y compradas por el Estado. Unos certámenes que se escandalizaban ante cuadros escalofriantes como los de Antonio Fillol: La bestia humana, donde denuncia abiertamente la explotación sexual de la mujer; o El sátiro, en el que una niña humilde acompañada de su padre identifica a su abusador. Esta pintura social escandalizó tanto que el jurado consideró que sobrepasaba los límites de lo admisible y la censuró. Un cuadro que hoy «duele mirar», como asegura el comisario.
En la segunda parte del recorrido, plagado de citas feministas de autoras contemporáneas como Emilia Pardo Bazán o Concepción Arenal, Invitadas descubre la faceta de Isabel II como defensora y promotora de las mujeres artistas. En esas décadas aparecen los nombres de sobresalientes pintoras y miniaturistas como Teresa Nicolau, la primera en vender una obra suya al Estado y la más destacada del Romanticismo español junto con Rosario Weiss, excepcional dibujante lastrada por la etiqueta de discípula de Goya, Asunción Crespo o Emilia Carmena de Prota.
Si bien la presencia de las mujeres en los certámenes nacionales fue incrementándose a medida que avanzaban el siglo —la crítica dejó de definirlas como «aficionadas» y empleó el título de «verdaderas pintoras»—, su abanico temático siguió restringido a la elaboración de bodegones, donde sobresale María Luisa de la Riva. Aunque hubo rebeldes, creadoras que desafiaron el canon patriarcal que les reclamaba ser señoras antes que pintoras. En este sentido, destacan Elena Brockmann o la más célebre Rosa Bonheur y sus felinos lienzos, pero también figuras olvidadas como Antonia Bañuelos, que quedó excluida de las compras del Estado por razones sexistas.
Miguel Falomir, el directo del Museo del Prado, señala que esta exposición es «un paso más ambicioso» en la línea emprendida por la pinacoteca estos últimos años de visibilizar a las mujeres en la historia del arte. Ha habido exposiciones dedicadas a Clara Peeters o Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana, pero en las salas de la institución son todavía muy pocos los lienzos expuestos de producción femenina. La muestra temporal, sin embargo, puede entenderse también como una autocrítica al discurso museográfico del Prado, que hasta ahora ha sido heredero de esa política de adquisiciones y de preeminencia de lo masculino. Su escasa presencia las convierte de por sí en invitadas.
La cuestión ahora es saber si la pinacoteca se atreverá e integrará esta crítica tan cruda a un sistema artístico que discriminó la obra femenina en el resto de sus salas. ¿Volverán las obras de Invitadas a los almacenes o tendrán hueco en la exposición permanente? Falomir asegura que algunos cuadros de estas pintoras se subirán a planta, pero sin desvelar todavía ningún título. «Estamos en proceso de estudio», dice. ¿Y qué pasará con los espacios dedicados a la pintura del siglo XIX: se registrará en el museo una paradójica contraposición de discursos? «Las exposiciones temporales son el campo propio de los museos para testar y decidir los cambios que se hacen en las salas», cierra Carlos G. Navarro abriendo la puerta a un nuevo escenario.
GALDÓS EN EL LABERINTO DE ESPAÑA EN LA ACADEMIA DE BELLAS ARTES
Por Eduardo Jáudenes de Salazar.
Organizada por la Consejería de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid en colaboración con la Academia, y comisariada por el fotohistoriador Publio López Mondéjar, la exposición “Galdós en el laberinto de España” reúne cerca de ciento cuarenta fotografías, de las que la mitad son retratos del escritor, casi todos inéditos, solo o en compañía de personas de su cercanía familiar y afectiva. El resto corresponden a los escenarios en los que transcurrió su vida, sobre todo Madrid.
En alguna ocasión dejó dicho Azorín que Benito Pérez Galdós (1843-1920) fue el único escritor español capaz de realizar la obra hercúlea de revelar España a los españoles: “En más de cien volúmenes ha conseguido que despierte España y adquiera conciencia de sí misma”. Durante décadas, los españoles de varias generaciones aprendieron a leer en sus libros, y hallaron en su conducta un espejo moral en que contemplarse. “Casi puedo decir –escribió Vicente Aleixandre-, que aprendí a leer con Galdós. Primero, de niño, con los Episodios Nacionales. Luego fueron las novelas sorbidas con hechizo hasta el agotamiento. De tal modo, que a los dieciséis y diecisiete años yo conocía minuciosamente la obra de Galdós, viva para mí como un bulto que no ha menguado desde entonces”. El gran poeta recordaba que un día, almorzando en una taberna madrileña con Federico García Lorca, se descubrieron ambos apasionados admiradores de Galdós. ¡En aquella época¡ Y la maestría narrativa del escritor, el alto aliento moral que late en sus obras, su ejemplo personal de indulgencia y tolerancia, de respeto por las ideas de los demás, continúan deslumbrando a los públicos lectores de hoy. “Galdós –ha escrito Antonio Muñoz Molina- siempre sorprende porque es mejor todavía de lo que uno recordaba. Y quizás ahora estamos en condiciones de comprender mejor su pesadumbre por la áspera intransigencia española, por la terrible facilidad para eliminar los matices entre el blanco y el negro, para dividirlo todo entre ortodoxia y herejía y llamar traición a la templanza”.
Galdós no fue sólo el más alto narrador español desde Cervantes, el más popular y querido por sus lectores. Fue también un brillante periodista, colaborador de diversas publicaciones españolas y americanas, director del más importante diario durante el reinado de Amadeo de Saboya, dibujante y pintor notable, crítico y cronista musical desde que llegó a Madrid en 1862. Fue también un referente intelectual y moral, la persona sabia e indulgente que dio a conocer las plurales tierras de España; un observador clarividente de las malandanzas históricas del país, no sólo de su tiempo, sino de los días más alejados de los confines de su propia memoria.
Galdós y Madrid
Galdós es también el gran cronista de Madrid, una ciudad que amó y conoció como nadie; el creador del Madrid “galdosiano”, cuya vida íntima y pública atraviesa las miles de páginas de sus libros; el escritor que ha pasado a la memoria de la capital como su habitante más ilustre y respetado. “Oh, Madrid! ¡Oh, Corte! ¡Oh, confusión y regocijo de las Españas”, escribió en 1915, encabezando la charla con la que quiso honrar la memoria de la ciudad, en el salón de actos del nuevo Ateneo. Igual que existe un Londres de Dickens, una Lisboa de Pessoa, un París de Balzac, un Dublín de Joyce, existe un Madrid de Galdós. Nunca como en sus decenas de novelas se ha verificado un inventario tan completo y cabal de la vida pública y privada de la capital, de su realidad física e histórica. “Lo que Galdós nos ofrece –ha escrito Caballero Bonald- no es ya una ficción novelística, sino un novelado compendio histórico de Madrid. Cafés, teatros, bailes, casas burguesas, corralas, tabernas, buñolerías, horchaterías, talleres de costura y demás escenarios populares, circulan por sus libros y configuran un invariable telón de fondo, un perseverante entramado documental de la ciudad”.
Cuando hace meses –un intervalo temporal que objetivamente no parece tan lejano pero que, por encima de cualquier voluntad, ha adquirido la dimensión de tiempo histórico– las Administraciones públicas y las instituciones culturales estábamos inmersos en recordar el legado intelectual y literario de Benito Pérez Galdós, era inconcebible que un episodio de excepcional virulencia sacudiera al mundo. Del mismo modo como afectó a otras dinámicas sobre las que se sustenta lo cotidiano, el año Galdós quedó profundamente herido y con una fractura que dejó en suspenso múltiples actividades en torno a la inmensa figura y obra del escritor. Por fortuna, Madrid vuelve a recuperar el primer centenario de la muerte de Galdós, ocurrida en una fría y desapacible noche de enero de 1920. En dicho contexto, la exposición de la Academia se plantea como un humilde homenaje a este madrileño de Canarias, quien dejó dicho en sus memorias que nació en Madrid en 1862, el año en que por primera vez puso los pies en la estación de Atocha. La patria de Galdós es Madrid, dijo Clarín ya en 1880. Para Unamuno, Galdós fue siempre “el gran evangelista” de Madrid. Y María Zambrano no dudó en calificarle como el “poeta de Madrid”. Madrid tiene una deuda profunda con el escritor que mejor supo mostrar la capital y la propia España a los españoles.
La imagen de Galdós
Como periodista, escritor, dibujante, dramaturgo, diputado y gloria nacional, Galdós apareció pronto en las llamadas “galerías de hombres ilustres” de los fotógrafos, que comenzaron a publicarse en las postrimerías isabelinas. De los días de su llegada a Madrid son sus primeros retratos fotográficos en formato tarjeta de visita, que reflejan su acogedora y elegante presencia, pantalón claro, abrigo negro y reloj con leontina, posando ante la cámara con mirada delicada y resuelta. Su persona sencilla y acogedora pronto se fue haciendo cercana a sus lectores, quienes acabaron por familiarizarse con su figura larguirucha, subrayada por un poblado mostacho negro, que fue encaneciendo con los años. La misma estampa que de él ha dejado su buen amigo Joaquín Sorolla en la rotunda madurez de sus cincuenta años, sentado con desganada elegancia en un escaño corrido, con chaqueta y chaleco coronados con un lazo a rayas. Los retratos fotográficos de Amayra y Calvet son anteriores, cuando el escritor apenas había entrado en la treintena, la cabeza como jibarizada, presidiendo un cuerpo interminable y zanquilargo. Sin embargo, aquel joven que miraba intimidado a las cámaras era ya un terrible fustigador de la intransigencia y el cainismo nacional; un escritor indulgente y respetuoso con las ideas de los demás.
Después, cuando acreció su prestigio, cuando reclamaban su colaboración los periódicos más prestigiosos del país y de América, cuando su amigo Sagasta le llevó al Parlamento enlos días de la Restauración, cuando se le abrieron las puertas de la Academia Española y se convirtió en el escritor más reconocido y popular del país, le reclamaron los grandes fotógrafos españoles. Desde el valenciano Antonio García, hasta los maestros más conocidos de Madrid, como Compañy, Franzen, Biedma, Campúa, Calvache, Kâulak, Alfonso, Salazar, Marín, y otros fronterizos, como Arauna, Courbon, Segarra, Cortés y Francisco Goñi, cuyos retratos del escritor se fueron multiplicando en las páginas de la prensa gráfica, en las populares series de postales publicadas por Laurent y en las fototipias que los propios estudios fotográficos se encargaban de distribuir en bazares y librerías.
El desarrollo espectacular experimentado por la prensa ilustrada en la frontera de los siglos, acercó aún más su imagen a los miles de lectores y admiradores, quienes siempre le percibieron como persona familiar y cercana, como un abanderado de las causas nobles, que no dudó en defender en sus libros, en el Parlamento y en la calle. Los reporteros, que siguieron siempre con interés los lances de su vida, registraron después su persona con atención y respeto. El ojo de los fotógrafos tampoco le desatendió cuando se apagó su vida, una noche glacial de enero de 1920. Ni tampoco le abandonó nunca el invariable cariño de sus miles de lectores, de las más de treinta mil personas entristecidas que quisieron darle su último adiós en el Patio de Cristales del Ayuntamiento de Madrid y, después, en el duelo que atravesó entristecido la ciudad hasta el cementerio de la Almudena. “A su sepelio –escribió María Zambrano- acudió una multitud innominada, anónima, de esas que él escuchó tantas veces desde su balcón, días y días, tardes y tardes, antes de ponerse a escribir”.
Contenido de la exposición
Amigo de músicos, actores, periodistas, editores, literatos, artistas y políticos, Galdós frecuentó también la compañía de algunos de los fotógrafos que le retrataron a lo largo de más de medio siglo, como Franzen, Alfonso y Kâulak. Dada su poliédrica personalidad como novelista, dramaturgo de éxito y abanderado de las causas nobles de su tiempo, las cientos de fotografías que el comisario ha conseguido reunir, constituyen en sí mismas una crónica luminosa de la vida del escritor y un documento gráfico inapreciable, que permite acercarse a la evolución de la fotografía española, desde la revolución del retrato, en los días isabelinos, hasta la hora de su muerte y su multitudinario entierro.
La exposición reúne cerca de ciento cuarenta fotografías, de las que la mitad son retratos del escritor, casi todos inéditos, solo o en compañía de personas de su cercanía familiar y afectiva. El resto corresponden a los escenarios en los que transcurrió su vida, sobre todo Madrid, la ciudad que no se entendería sin sus libros. En largos años de investigación se han reunido fotografías excelentes de los maestros coetáneos de Galdós, como Laurent, Clifford, Martínez Sánchez, Antonio García, Franzen, Kâulak, Alfonso, Marín, Salazar o Campúa. Las fotografías no sólo muestran la imagen cambiante del escritor, sino también del Madrid que encontró en 1862 y la evolución de la ciudad, desde las postrimerías isabelinas, el reinado de Amadeo de Saboya, la Primera República, la Restauración y la Regencia.
Un capítulo especial dedica la exposición al retrato de los personajes que protagonizaron la historia de España en los más de cincuenta años que el escritor vivió en la capital. Desde Isabel II, Amadeo I, Emilio Castelar, los generales Espartero, Cabrera, Serrano y Prim, Alfonso XII, la reina María Cristina de Habsburgo y Alfonso XIII, hasta escritores como Pereda, Mesonero Romanos, Clarín, músicos como Caballero y Chapí y otros referentes de la generación de Galdós en el campo de la música, el teatro, la medicina y la cátedra.
Se expone también una selección de los reportajes fotográficos dedicados a Galdós en las más importantes publicaciones ilustradas de la época, como La Ilustración Española y Americana, ABC, Blanco y Negro, El Fígaro, Por esos mundos, El Arte del Teatro, Nuevo Mundo, La Esfera, El País y Mundo Gráfico.
Además, la exposición presenta un audiovisual sobre el escritor realizado por la prestigiosa cineasta y galdosista Arantxa Aguirre. El proyecto se complementa con la edición de un importante catálogo que profundiza en el conocimiento de la obra galdosiana desde nuevos enfoques y miradas.
Fuentes
Para reunir las fotografías, carteles, fototipias y postales que componen la exposición, ha sido preciso una larga investigación y búsqueda en no menos de cincuenta archivos y colecciones públicas y privadas de España, Francia, Inglaterra y los Estados Unidos, como el IPCE, la Casa Museo Galdós, la Biblioteca Nacional de España, la Academia Española, la Librería del Congreso de Washington, el Museo Municipal de Toledo, la National Gallery de Washington, la Biblioteca Menéndez Pelayo, el Museo de Historia de Madrid, la Fundación Juan March, la Casa Museo Pérez Galdós de Canarias, el Victoria and Albert Museum de Londres, la Bibliothèque nationale de France, el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, el Museo Nacional de Almagro y Patrimonio Nacional. Asimismo, ha sido decisiva la aportación de numerosas colecciones particulares y, muy en especial, los archivos familiares de los descendientes del escritor.
BOTERO 60 AÑOS EN EL CENTRO CENTRO DE LA PINTURA
Por Eduardo Jáudenes de Salazar.
BOTERO 60 AÑOS DE PINTURA es una muestra de visita obligada para todos los amantes de la pintura.
Botero uno de los más personales pintores de la historia.
Que estuvo en Madrid aprendiendo la técnica de la pintura copinado cuadros del Museo del Prado.
Botero no pinta gordas sino que le gusta que el volumen prevalezca, como le gustaba a Rubens, quizás fue en Madrid, viendo los cuadros del pintor flamenco, donde llego a esa conclusión que fue el norte de toda su obra, el volumen es la exaltación de la vida, donde encuentra su lado positivo.
67 joyas que se pueden ver en el Centro Centro
Un impecable montaje de Arthemisia con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid.
Una exposición que no se puede dejar de ver bajo ningún concepto.
La exposición Botero. 60 años de pintura, producida por Arthemisia con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid, recorre seis de las más de siete décadas de la extensa trayectoria del artista colombiano Fernando Botero (Medellín, 1932).
Comisariada por Cristina Carrillo de Albornoz con la colaboración de Lina Botero, se compone de 67 obras excepcionales, todas de gran formato, que provienen de diversas colecciones privadas. La muestra, la más extensa hasta la fecha en España, será una ocasión única dado que la selección ha sido aprobada por el propio maestro, quien invita a contemplar su obra a través de sus ojos, como si fuera un Museo “imaginario” de Botero.
El recorrido se divide en siete secciones, correspondientes a los temas más característicos de su obra, que conectan con su fascinación y constante estudio de los temas clásicos de la historia del arte. América Latina, el tema central de su carrera; las Versiones que realiza a partir de obras maestras de la historia del arte; las Naturalezas Muertas, uno de sus géneros pictóricos favoritos; la Religión, La corrida, el Circo, tres temas universales de la pintura de los que realiza lecturas completamente originales y que le atraen fundamentalmente por su fuerza pictórica y porque le ofrecen infinitos retos y posibilidades plásticas como experimentar con la técnica, la composición, la sensualidad, la forma, el volumen y el color.
Acuarelas sobre lienzo, la séptima sección permitirá contemplar su obra inédita más reciente. No por casualidad, su carrera comenzó pintando acuarelas, la técnica más popular por entonces en Colombia. La gran diferencia en esta última serie de acuarelas radica en que Botero las realiza en un gran formato y no sobre papel como es habitual, sino sobre lienzo. Están tratadas a modo de verdaderos frescos, técnica que estudió en sus años de aprendizaje en Italia (1953-1956).
La exposición Botero. 60 años de pintura permite explorar las fuertes convicciones y principios del artista, que se manifiestan en su coherencia de estilo, así como las influencias que han marcado su trayectoria, desde el Quattrocento italiano al bodegón holandés; o desde Velázquez, Goya y Durero a los muralistas mexicanos. La muestra ofrece una nueva visión de la obra de Botero, y nos remite a una reflexión sobre un estilo internacionalmente reconocido, distinguido por la exaltación del volumen, la opulencia de las formas opulentas, la explosión de color y sus composiciones impecables de una calma lírica emocionante. Un nuevo lenguaje radicalmente singular, inventado por el maestro Botero, con el que no solo ha enriquecido sino revolucionado el arte moderno.
Cristina Carrillo de Albornoz, ex diplomática en Naciones Unidas (UNESCO y PNUD), desempeña desde 1995 labores de comisaria de arte independiente en los más prestigiosos Museos de todo el mundo. Entre ellos el Museo Hermitage de San Petersburgo, La Galería Nacional (Nationalgalerie) de Berlín, el Museo Reina Sofía de Madrid, la colección Berardo en Portugal, la Fundación del Nobel de la Paz en Oslo, o el Centro Borges en Argentina. Asimismo ha colaborado con galerías internacionales como la White Cube o la Marlborough. Es también crítica de arte y autora de 12 libros en editoriales como Assouline, Rizzoli, o Thames& Hudson. Sus escritos han sido publicados entre otros en The Art Newspaper, The Observer, La Repubblica, El Pais, ABC, El Mundo, las revistas Vogue, Beaux Arts o la revista Forbes.
BOTERO. 60 AÑOS DE PINTURA
Exposición
17.09.2020 – 07.02.2021
Lunes – domingo
10:00 – 20.00 h
Planta 1
Entrada general: 12€
Entrada reducida: 9 €
Personas con discapacidad y su acompañante, personas en situación de desempleo, personas mayores de 65 años, titulares del carné joven, estudiantes menores de 25 años y miembros de familias numerosas.
Entrada gratuita
Niños menores de 12 años, guías Oficiales de Turismo de Madrid, y grupos de 15-25 personas pertenecientes a asociaciones y colectivos de interés público y social (con reserva previa).
Entrada de grupo: 8 €
Grupos de 15-25 personas
Entrada de grupos escolares: 5 € por alumno (con reserva previa)
La muestra ‘LA DESTRUCCIÓN DEL BAJO MANHATAN’ del fotógrafo y cineasta norteamericano Danny Lyon es de visita obligada para todos los amantes de la fotografía.
La exposición nos cuenta una historia, la de los edificios demolidos en esta gran zona de Nueva York que es el bajo Manhatan, retratada minuciosamente por el genial Danny Lyon.
También cuanta con otras fotografías de Lyon, con muchos guiños a la época actual como algunas fotos de disturbios raciales o relacionadas con la igualdad entre hombres y mujeres.
Podemos ver tres sorprendentes fotos realizadas en España.
Impecablemente montada por Museo ICO.
Una muestra que no te puedes perder bajo ningún concepto
Por Eduardo Jáudenes de Salazar
El Museo ICO inaugura la exposición ‘La destrucción del Bajo Manhattan’, del fotógrafo y cineasta estadounidense Danny Lyon. Una muestra que reúne 76 fotografías de la demolición del barrio neoyorkino a finales de los años 60, y que supone uno de los más importantes ensayos fotográficos del siglo XX con la ciudad como centro de atención.
La exposición –que forma parte de la Sección Oficial de PHotoESPAÑA 2020– documenta la desaparición de parte de ese barrio desde los ojos de uno de sus vecinos, el propio Lyon. Esta serie de fotos comenzó un día de 1967 cuando, Lyon, recién regresado de su vida itinerante con la banda de moteros Chicago Outlaws, observó a varios operarios de demolición destruyendo golpe a golpe algunos edificios del área del Puente de Brooklyn y la Calle West. A Lyon no le importaba la relevancia arquitectónica de los edificios, sino documentar la desaparición de uno de los barrios más antiguos de Nueva York y a sus escasos últimos habitantes.
Retrató el área del Puente de Brooklyn vista desde el tejado del Hospital Beekman, la calle Gold, el restaurante Gars, en la esquina de la calle Beekman, que había abierto sus puertas en 1827, el trabajo de los operarios mientras golpeaban las fachadas y los objetos que sobrevivían a la demolición, como dibujos o libros. Mientras fotografiaba la zona, Lyon escribió una suerte de diario, en un libro en blanco que encontró en el alféizar de una ventana de una casa abandonada de la calle Fulton, donde plasmó lo que sentía cuando fotografiaba los edificios: “El mapa topográfico del proyecto del Puente de Brooklyn ha llegado hoy, con lo que, junto con mis recuerdos, podré localizar la dirección exacta de cada uno de los lugares que fotografío, aunque no puedo precisar dónde encontré el libro”.
Lyon es uno de los principales impulsores del “nuevo documentalismo”. Sus estudios de Historia y Filosofía en la Universidad de Chicago se han visto plasmados en sus trabajos, ya que ha mostrado diferentes realidades sociales con las que siempre se ha implicado. Practica el activismo social y muchas de sus series tratan de mostrar diferentes experiencias al margen de la historia oficial.
Danny Lyon ha destacado “el importante esfuerzo que, tras cincuenta años desde su última aparición, ha supuesto la publicación en facsímil de la edición original de 1969” de un libro que ya es un clásico de la fotografía.
Por su parte, Lucinio Muñoz director de la Fundación ICO, resalta “lo excepcional de mostrar al completo, por primera vez en España, un trabajo fotográfico de la importancia de “La destrucción del Bajo Manhattan”, así como la publicación por primera vez en español, también, de una obra fundamental de la fotografía del siglo XX”.
Coincidiendo con la exposición, el Museo mostrará también la serie ‘Un álbum: Europa, verano de 1959’, una selección de 24 fotografías nunca antes expuestas, que Danny Lyon realizó al principio de su carrera durante un viaje a Europa. Entre ellas hay varias realizadas en España.
La muestra, que forma parte del festival PHotoESPAÑA, se podrá visitar desde el 16 de septiembre hasta el 17 de enero de 2021, con absoluto cumplimiento de todas las medidas de seguridad sanitaria y distanciamiento social establecidas.
La exposición ROBERTO MICHEL: ACADEMIAS, DIBUJOS, BOCETOS Y MODELOS EN CERA, ESCAYOLA Y TERRACOTA que se exhibe en EL MUSEO CASA DE LA MONEDA es de asistencia obligada para todos los amantes del arte.
No te la puedes perder, por su calidad, bajo ningún concepto.
Por Eduardo Jáudenes de Salazar
Por primera vez, el Museo Casa de la Moneda expone completa su colección de obras de Roberto Michel: academias, dibujos, bocetos y modelos en cera, escayola y terracota.
Del 17 de julio al 29 de noviembre
La Real Casa de la Moneda y su Museo rinden homenaje a Roberto Michel, Primer Escultor de Cámara del Rey Carlos III, con motivo del Tricentenario de su nacimiento. Su extensa colección privada de dibujos, academias, bocetos y modelos de esculturas y monumentos por él proyectados, terminó siendo depositada en el Departamento de Grabado de la Casa de Moneda de Madrid, conformando, junto al “Legado de Tomás Francisco Prieto”, una colección de carácter didáctico para la formación de nuestros grabadores y uno de los pilares fundacionales de las importantes colecciones de su actual Museo.
El equipo del Museo Casa de la Moneda trabajó largo tiempo en la adecuación, reclasificación y estudio de la citada colección de obras de Roberto Michel de sus fondos, teniendo como objetivo final el poder organizar, cuando fuera posible, una gran exposición acompañada de un completo catálogo que se convirtiera en la obra de referencia sobre el artista franco-español.
El motivo del 300 aniversario del nacimiento de Roberto Michel, que se celebra en este año 2020, ha constituido una oportunidad única para poner en marcha el proyecto expositivo implicando tanto a la FNMT-RCM como a otras instituciones y museos.
Con la directa intervención de conservadores de Patrimonio Nacional, de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y del Museo Nacional del Prado, se ha preparado esta cuidada exhibición con la que se ha pretendido recuperar para el mundo cultural y gran público a un magnífico escultor. Asimismo, se quiere profundizar en su figura artística y en el conjunto de la obra que realizó este gran artista del siglo XVIII “por orden del Rey”, ya fuera para varios de los Reales Sitios o para emblemáticos monumentos de nuestra Capital, como son, entre otras piezas, los leones de La Cibeles, los niños-tritón de dos de las fuentes del Salón del Prado o parte de la decoración de la Puerta de Alcalá, además de las tallas y relieves que labró para instituciones religiosas y privadas de la Villa y Corte, así como de otros puntos de la geografía española.
Junto al compacto núcleo de piezas del montaje expositivo que representan los fondos Michel de nuestro Museo, le acompañan otras magníficas piezas cedidas para la ocasión por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Museo, Archivo y Biblioteca), Calcografía Nacional, Patrimonio Nacional, Museo Nacional del Prado, Biblioteca Nacional de España, Museo de Bellas Artes de Álava, Museo del Ejército, Museo de Historia de Madrid, Museo Naval, Museo Tiflológico de la ONCE, Real Monasterio de las Comendadoras de Santiago, así como de tres colecciones privadas. Igualmente, hemos fotografiado todas las esculturas de Michel existentes en los Reales Sitios, por las calles de la Corte y en edificios e iglesias de Madrid, Pamplona, El Burgo de Osma, Azpeitia, Sorlada y San Sebastián. A todos ellos, nuestro sincero agradecimiento por su inestimable colaboración e imprescindible préstamo y participación en “Escultor del Rey”.
El artista y su obra
Roberto Michel, de origen francés, fue sin duda uno de los más importantes artífices del panorama artístico español del siglo XVIII. Desarrolló la mayor parte de su actividad artística al servicio de La Corona española durante el reinado de los primeros monarcas de la dinastía de Borbón. Trabajó principalmente en la decoración de los Reales Sitios desde su llegada a Madrid, reinando Felipe V. Con Fernando VI, su sucesor en el Trono, ocupó el cargo de Escultor de Cámara del Rey y ya con Carlos III, el de Primer Escultor de Cámara de la Real Persona llegando, además, a dirigir la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Retrato de Roberto MichelRoberto Michel nació en 1720 en la localidad francesa de Le Puy en Velay, en el Languedoc. Comenzó su formación en el arte de la escultura a los diez años en París, en el taller del maestro Bonfili, donde se mantuvo por espacio de seis años, para seguir su aprendizaje más tarde en Lyon y después en Montpellier con los franceses A. Michel Perrache y Jean B. Dupont. Posteriormente continuó su preparación en Toulouse con el artista flamenco M. Luquet quien, según cuenta el historiador y crítico de arte Agustín Ceán Bermúdez, “le disuadió de su deseo de completar su formación en Roma… y al fin le persuadió a que le acompañase a la corte de España”.
El interés de Luquet por el viaje a nuestra capital se debía a que en 1738 se habían iniciado las obras de construcción del Palacio Real de Madrid, tras la destrucción sufrida por el antiguo alcázar en un devastador incendio ocurrido en la Navidad de 1734. El nuevo conjunto palaciego precisaba del trabajo de un importante número de artistas pintores, escultores, tallistas y doradores, para el ornato de sus dependencias y fachadas.
Roberto Michel se trasladó a Madrid el 30 de octubre de 1740 acompañado de su maestro y a su llegada se presentó ante el Interventor de las obras reales Jose Pérez, arquitecto de origen murciano, quien le pidió modelar una imagen del Creador como prueba de sus habilidades en el arte de la escultura. A la vista de la excelente factura del modelo presentado, el arquitecto le encomendó la talla de la imagen en madera, de gran tamaño, para situarla en el altar mayor de la Catedral de Murcia. La obra, hoy desaparecida, posiblemente se destruyó en el incendio que asoló el templo en 1854. A éste le siguieron otros encargos, por los que el escultor recibió siempre el halago de los profesores de las Nobles Artes.
Michel compaginó en los primeros años de su estancia en España sus trabajos para los palacios reales y para algunos templos en Madrid, con su asistencia como alumno a los estudios nocturnos de las Bellas Artes.
A comienzos de 1757 Roberto Michel solicitó a Fernando VI una plaza de Escultor de Cámara, a cuya petición acompañaba una relación de todas las obras que había ya realizado para los Reales Sitios. Le fue otorgado el nombramiento el 6 de marzo del mismo año, recibiendo por ello un sueldo de 9.000 reales de vellón. Posteriormente, el 29 de septiembre de 1775 ocupó la plaza de “Primer Escultor de Cámara del rey Carlos III”, tras la muerte de su maestro y antecesor en el cargo, el escultor coruñés Felipe de Castro, con la misión de dirigir “todas las obras de escultura que se hiciesen para los palacios reales”.
Muere Roberto Michel en Madrid el día 31 de enero de 1786, tras pasar unos meses convaleciente en Vitoria, ciudad natal de su esposa, recibiendo sepultura según su propio deseo en la desaparecida iglesia de Santa María la Real de la Almudena, situada en la confluencia de la calle Mayor con la de Bailén y cercana a la casa de Rebeque, antiguo palacio propiedad de la Corona que habilitó Felipe V para ser utilizado como residencia y taller de los artistas regios, donde trabajaba y residía el escultor.
Roberto Michel había contraído matrimonio pocos años después de su llegada a Madrid con Rosa Ballerna, perteneciente a una familia de plateros de origen vitoriano. El matrimonio no tuvo descendencia, por lo que el artista legó a su hermano Pedro Michel en su testamento “todas las Herramientas, Figuras, Estatuas, Modelos, Estampas que sea concerniente y se halle en el taller donde estuviésemos trabajando (…), no puede servir para otro efecto que el de la Escultura”.
Haciendo mano
Roberto Michel realiza a lo largo de su trayectoria artística un buen número de «academias» que constituyen para él un continuo ejercicio de experimentación y perfeccionamiento en el arte del dibujo. Se trata de auténticos estudios de anatomía en los que representa la figura humana con un gran virtuosismo. Son en su mayor parte desnudos masculinos que plasma en diferentes actitudes, ya sea en reposo o en movimiento, en los que muestra un dominio total de la proporción y un moldeado de la musculatura, efecto que consigue con un perfecto sombreado y unos trazos muy precisos. La técnica empleada principalmente es la sanguina, aunque también utiliza la tinta o el grafito, a veces iluminado este último con clarión para realzar el volumen.
Algunos de sus dibujos son copias de esculturas existentes en las colecciones reales, que Michel refleja desde distintas perspectivas, mostrando una gran capacidad de observación. Toma como modelo los vaciados en yeso que de ellas poseía la Real Academia de San Fernando, para enseñanza de los alumnos. Tal es el caso del Discóforo, el Hermafrodita dormido o, la Venus de la Concha, entre otros.
De lo religioso
Son numerosas las esculturas y relieves que creó Roberto Michel para algunos establecimientos religiosos de la Capital y de otros lugares de nuestra Península, en su mayor parte bajo el patrocinio Real.
En Madrid, para la Iglesia de San José, labró dos imágenes de la Virgen del Carmen y un conjunto dedicado a la Apoteosis de San Hermenegildo. Las figuras de la Esperanza y la Caridad, en el exterior de la Basílica Pontificia de San Miguel, además de algunos ángeles de estuco en su interior: Decoración de querubines que repitió igualmente en la Iglesia de San Marcos y en el Real Monasterio de La Encarnación. Las imágenes de San José y de San Francisco de Borja, para el Real Convento de las Comendadoras de Santiago. En la Catedral de la Almudena se encuentra una talla de San Juan Bautista.
En la Basílica navarra de San Gregario Ostiense, en Sorlada, se pueden contemplar las figuras del Santo titular, San Joaquín, Santo Domingo de la Calzada, San Juan Ortega y San Isidro. En la Basílica de Santa María del Coro de San Sebastián, un relieve de San Pío besando el crucifijo, para el que realizó tres bocetos preparatorios conservados en el Museo Casa de La Moneda, junto con los modelos de varias de sus esculturas religiosas.
Su huella en los Reales Sitios
Gran parte de la actividad artística de Roberto Michel como Escultor del Rey, se centra en el embellecimiento de los Palacios Reales, principalmente el de Madrid. Suyo es el león de la escalera principal del Palacio Real de Madrid, además del dibujo y modelado de la figura del rey Carlos III, vestido a la romana, cuya obra final se debe a su hermano Pedro. De ellas el Museo Casa de la Moneda cuenta con los modelos que ideó Roberto Michel. Labró el escultor, además, otras figuras y relieves en piedra, mármol y bronce para el ornato exterior e interior del Palacio.
Fue Roberto Michel uno de los artistas elegidos para esculpir, en mármol de Badajoz, dos de los más de cuarenta relieves que iban a decorar la galería principal del Palacio Real de Madrid. Labró «El martirio de Santa Eulalia» y «San lldefonso y Santa Leocadia», obras ambas de una excelente factura que, actualmente, forman parte de las colecciones del Museo Nacional del Prado y se pueden contemplar en la exposición.
Modeló también el escultor gran parte de las figuras de estuco que decoran las principales salas de los Reales Sitios de Madrid y El Pardo, cuya ampliación estaba llevando a cabo el arquitecto real Francisco Sabatini, por orden de Carlos III. En ellos aparecen héroes y dioses clásicos, niños, escudos reales y alegorías de las virtudes, de los ríos y de las estaciones del año. En las Reales Capillas de los palacios representó querubines, famas y otros motivos religiosos. Para la Real Colegiata de La Granja de San lldefonso esculpió, además, dos pilas de agua bendita.
Retratos reales
Por deseo del rey Carlos III, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando convocó en 1778 un concurso para erigir un monumento ecuestre de Felipe V en Madrid. La propuesta se dirigió a los Directores y Tenientes de Escultura de la Institución. Las bases indicaban que los artistas elegidos debían presentar un modelo de cuatro pies de alto, en barro cocido o vaciado en yeso.
Roberto Michel modeló un conjunto en escayola en el que el Monarca aparece representado a modo de emperador romano, majestuoso, montado sobre un caballo que camina al paso. El monumento no llegó a realizarse, pero la Real Academia de San Fernando conserva la citada figura y el Museo Casa de la Moneda un dibujo ecuestre del Monarca y una maqueta del conjunto escultórico, junto a algunos bocetos preparatorios. Se le atribuye otra maqueta similar representando al rey Fernando VI.
Asimismo, por encargo de la «Real Sociedad Bascongada de Amigos del País», labró en 1785 un busto de Carlos III, en mármol blanco. En él representa al Soberano tocado con peluca y vestido con un manto sujeto por un clípeo. Sobre su pecho, luce la gran cruz de la Real y Distinguida Orden de Carlos III y el Toisón de Oro.
Embelleciendo la villa y corte
Cuando Carlos III llega a Madrid en 1759, la capital del Reino era una ciudad insalubre, insegura y falta de iluminación, por ello uno de los primeros proyectos del Monarca fue el diseño de un programa de reformas urbanísticas que incluían la limpieza y el empedrado de sus calles, la instalación de farolas y la construcción de una red de alcantarillado. Además, se diseñó un plan de ensanche del centro de la villa, con amplias avenidas, plazas y nuevos edificios y monumentos públicos. Reformas todas ellas por las que se ha calificado históricamente al Soberano como «El Mejor Alcalde de Madrid».
Roberto Michel colaboró con el arquitecto regio Francesco Sabatini en la decoración escultórica de la sede de la Real Aduana, actual Ministerio de Hacienda. Para su fachada modeló el escudo con las Armas Reales, sujeto por un león y a los lados dos figuras femeninas de Famas, además de cuatro ménsulas que sostienen el balcón y tres cabezas de león, sobre las claves de los arcos de entrada.
Realizó igualmente para el lado oeste de la Puerta de Alcalá, el que mira a La Cibeles, con proyecto también de Sabatini, seis trofeos militares, los capiteles de los pilares y columnas, dos cornucopias y de nuevo tres cabezas de león, figura esta última que también esculpe para una de las sobrepuertas del Palacio Real de Madrid y en la Puerta de San Vicente.
Para la fuente de La Cibeles, diseñada por el también arquitecto real Ventura Rodríguez, modeló los dos briosos leones que tiran del carro de la Diosa y los niños tritón con delfín que rematan dos de las fuentes del Salón del Prado, frente al Museo.
Los orígenes del Museo Casa de la Moneda
El Museo Casa de la Moneda tiene su origen en el siglo XVIII y está vinculado a la figura de Tomás Francisco Prieto (1716-1782), coetáneo de Roberto Michel. Prieto fue Grabador de Cámara del Rey Carlos III, Director de Grabado en Hueco de la Real Academia de San Fernando, Grabador General de las Casas de Moneda de España e Indias y creador, en 1771, por deseo expreso del Monarca, de una Escuela Práctica de Grabadores en la que se formarían los artistas que después iban a desempeñar su oficio en las cecas españolas y americanas. La colección que Prieto reunió para la enseñanza de sus alumnos, formada por monedas, medallas, libros, dibujos, estampas de grabado, etc., constituye el núcleo inicial de las colecciones del Museo que, posteriormente, se ha ido enriqueciendo con otras piezas recibidas a partir de donaciones, adquisiciones y entregas procedentes de los departamentos productivos de la Real Casa de la Moneda.
La obra de Roberto Michel llegó a nuestra Institución a través de Pedro González de Sepúlveda, alumno de Michel y de Tomás Francisco Prieto en las disciplinas de modelado y grabado en hueco, respectivamente. A la muerte de Prieto, Sepúlveda ocupó los cargos de Grabador General de las Casas de Moneda y Director de la Escuela de Grabado. Pedro González de Sepúlveda compartió con su maestro su afición por el coleccionismo de piezas artísticas, que a su fallecimiento legó a su hijo Mariano, quien le sucedió a su vez en el oficio de Grabador General.
Sería Mariano González de Sepúlveda, hijo de Pedro y de su segunda esposa, Teodora Salazar, quien cedió finalmente la obra de Roberto Michel a nuestra institución, según él mismo indica en una nota firmada con fecha de 17 de abril de 1841, en la que da cuenta de «la ventajosa adquisición» de la obra de Roberto Michel a comienzos de 1840.
Por Eduardo Jáudenes de Salazar.
Augusto Mendoza Mendieta es un artista boliviano afincado en Madrid.
Podemos decir que en el lienzo el pintor objetiviza su espíritu, en este caso un espíritu, noble, veraz, vivo, lleno de belleza interior, fraterna cordialidad, pasión y entusiasmo.
Su pintura recorre la cultura andina desde una mirada moderna para mostrar sus raíces de una manera actual.
Una sensación de armonía, es capaz de situarnos dentro de unos códigos que son propios de un lenguaje, elaborado a través de signos espirituales, que se crean en el seno de la voluntad artística.
Bajo el pseudónimo de Gutu Ajayu, Mendoza explora un «arte andino pop», que consiste en mezclar simbología de su tierra, precolombina, con street art y arte pop, que es más contemporáneo.
El artista elabora, trabaja los cuadros, pero hay un cierto punto de espontaneidad, captando los momentos precisos.
Mendoza cruzó el Atlántico por el amor de una mujer y se quedó por amor al arte. Pasó un año de su vida en Francia antes de venir a Madrid.
Es un artista preparado, con calidades extraordinarias, luciendo primorosa y riquísima técnica, plural variedad de matices y personalidad arrolladora.
Eligió Madrid por ser «una meca cultural» y «la capital del país más rico de todo el mundo iberoamericano».
Abordando detalles que avalan su clase. Libertades en el uso de la forma y el color que se integran perfectamente en el cuadro.
Augusto Mendoza es uno de los pocos artistas que vive del arte y no tiene que dedicarse a otras cosas
Sus cuadros son memorables, en versión de belleza indescriptible, porque siempre es difícil de encontrar palabras que reflejen el pleno logro artístico, tan raramente alcanzado.
Su especialidad es la pintura, casi «jeroglífica», y no hay día que pase sin trabajar en su obra.
Luce calidades de color y brillo, sólo capaz de plasmarse gozando de una portentosa técnica, como la que tiene este artista.
Augusto ha logrado ser parte de cinco exposiciones colectivas en México y España; ser finalista en una serie de concursos europeos; participar en una muestra individual en el exclusivo salón del restaurante Ramses, diseñado por Phillip Stark –el mejor diseñador del mundo; y tener una muestra individual en la galería Yuri López Kullins…
Las formas son capaces de crear sensaciones alucinantes, repletas de hiperestesia espiritual, son psáusticas e hiperbóreas.
En sus cuadros repite siempre ocho símbolos: «Siempre uso los mismos, un gato, un corazón, un monigote, un sol, un helado, una espiral, una estrella y una flor». Es su particular forma de volver a la niñez. Otra peculiaridad suya es el hecho de incluir su Instagram (@guto_ajayu) y su marca personal (#LosAndesAreCool) en la firma de sus obras».
La fantasía, en cada uno de sus cuadros, contiene magia, misterio, gran luminosidad, la atmósfera que se crea en los cuadros, tiene vida propia. A lo que contribuye la viveza de colorido, henchidos de humanidad, nobles ideales, llenos de reflexión y espiritualidad.
Sus colores chirriantes y dinámicos obedecen a la filosofía del discurso de las culturas animistas, como la andina, la mexicana o boliviana, que tienen una conexión con la tierra, son parte de un todo y piensan en colectivo.
Su meta profesional está en París. A Bolivia solo piensa volver por vacaciones a visitar a su familia, el mercado allí es inexistente. Pero rindiendo el merecido homenaje a su tierra exportando su arte a otros lugares del mundo.
La pintura lo enamoró desde su niñez, esto le llevó a estudiar la carrera de Bellas Artes en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), para posteriormente convertirse en un pintor profesional que día tras día busca superarse a sí mismo.
Hay una seguridad en sí mismo en el artista que se refleja en su obra, la vida, están presentes en sus colores, en sus formas en su mundo.
Dos de sus frases lo confirman:
«Mis metas desde pequeño siempre fueron altas. Creo firmemente que si un artista quiere triunfar debe tener una mentalidad de acero, disciplina y seriedad. Es necesario ver al arte como un negocio, lo que no es malo, si lo que se pretende es triunfar».
«El arte es un mundo sin piedad, por ello se debe ser implacable y tener determinación, las excusas son para los débiles».
Augusto Mendoza Mendieta hace suya la frase de Tácito: «Es poco atractivo lo seguro, en el riesgo está la esperanza».
GRAN ANUARIO INTERNACIONAL DE ARTE CONTEMPORANEO
Por Eduardo Jáudenes de Salazar.
GRAN ANUARIO INTERNACIONAL DE ARTE CONTEMPORANEO 2020: EDICIÓN MADRID es de adquisición obligada para todos los amantes del arte.
Reproducimos a continuación lo que en este anuario escribí.
Este GRAN ANUARIO INTERNACIONAL DE ARTE CONTEMPORANEO está creado por Augusto Mendoza Mendieta, gestor cultura y director del proyecto, para fortalecer el currículum del artista, que hoy en día es muy importante en su carrera, con una publicación de GUTO AJAYU EDICIONES, la Editorial VISION LIBROS y con una presentación oficial en RAMSÉS LIFE, de Madrid.
Un bueno número de personalidades artísticas, en total 30.
Diversos estilos que van del hiperrealismo al abstracto pasando por el expresionista, surrealista, impresionista, realismo, realismo mágico…
Artistas de bodegón, paisajistas, figurativos…
Fotógrafos, dibujantes, pintores, escultores, ilustradores…
Artistas españoles, bolivianos, mexicanos, argentinos, noruegos, ecuatorianos.
Una cosa en común: la calidad.
El arte de calidad es un lugar donde todos nos encontramos para ser más humanos, más cercanos y más felices.
Lo cual demuestra que la finalidad del arte no entiende de fronteras, es universal.
Este libro es un gran anuario no porque lo digamos nosotros, sino lo decimos nosotros porque es un gran anuario.
El arte de los artistas aquí reseñados es ese arte que consiste en la necesidad de dejar el río correr, abriéndose paso entre las piedras y no siempre llegando al mar.
Hacen que el mundo del arte mejore pues los artistas se guían por la luz de la verdad, que es la salud física y mental, que les hace dedicar tiempo al progreso del arte con voluntad de avanzar.
La intención de los artistas es que el espectador descubra por sí sólo. Por eso el artista no impone sino que integra al espectador en su obra.
El arte es inconsciente hasta que uno lo vuelve consciente. Por eso el artista crea desde su inconsciente para, con la razón, hacerlo consciente.
Las artes plásticas son la expresión de la mirada.
Viendo las obras de los artistas aquí contenidos, me recuerda el cuento de El Emperador de Japón que quiere tener un pájaro pintado en su casa, pregunta por el mejor dibujante, le informan sus asesores adecuadamente, habla con el elegido y este le pide
–Necesito una casa en el campo y 20.000 yenes. Vuelve dentro de un año.
Pasa el año y El Emperador va a por su pájaro, el dibujante le dice
-Necesito otra casa más grande, 40.000 yenes y un año más.
El Emperador acepta refunfuñando.
Pasa este segundo año y El Emperador recibe la siguiente repuesta:
–Necesito una casa aún más grande, 80.000 yenes y un año más… se queda parado, exhausto y de un solo trazo con rapidez y creatividad dibuja el pájaro más bello que ha conocido la humanidad. Se lo muestra al Emperador y le dice:
–A veces hacen falta diez años para ver y un segundo para pintar.
La finalidad principal de este libro es fortalecer el curriculum de los artistas, es lo más importante de un proyecto que comienza este año pero será todos los años, así que tiene proyecciones de adquirir más y más prestigio.
De los 30 artistas, hay tres invitados especiales, honoríficos y ya consagrados, a los cuales les reconocemos que ayudan a dar prestigio al proyecto, que son:
SALUSTIANO: artista de Sevilla, hiperrealismo y retrato psicológico.
MAMANI MAMANI: artista de Bolivia, costumbres y personajes andinos con colores vivos.
FABRICIO LARA: artista de Bolivia, gran referente latinoamericano del realismo mágico.
Los 26 artistas restantes son:
4.KRISTORN: artista Noruega, surrealista, expresionista y monocromática. Su obra está dotada de gran dramatismo.
5. GEMA MUÑOZ, española, fotografía realista mágica, obra con aire mágico
6.TENIENTE TORRES, artista mexicano de arte abstracto colorista y colores vivos.
7. ADRIANA ARÉVALO, artista argentina realista principalmente de bodegones. Transmite paz y tranquilidad.
8. DOMÍNGUEZ, artista español paisajista impresionista, donde predominan los ocres.
9. PAOLA CABRERA, artista boliviana con obra abstracta y mucho sentimiento.
10. NACHO CORAZÓN SALVAJE, artista español con obra figurativa pop e influencia estética del tatuaje.
11. LOLA REMESAL, artista española con obra abstracta conceptual.
12. JUAN GALIANA, pintor español con obra abstracta colorista y mucha pasión.
13. ALICIA MACHIMBARRENA, artista española, mostrando escultura realista fantástica y fotografía de instalaciones efímeras. Transmite conexión y libertad.
14. GOTASI, pintor ecuatoriano, creador del PIRAMIDISMO CROMÁTICO, técnica realista muy colorista que consiste en representar las obras realistas con pequeños triángulos de color
15. ELENA ROIG, pintora española que busca la belleza con realismo y retrato femenino.
16. DELGADO RAMIREZ, pintor español realista con mucho sentimiento.
17. ESTHER TENEDOR, pintora y escultora española que presenta figuración en la escultura e impresionismo en la pintura, dando importancia a lo femenino.
18. JUAN FRANCISCO GALLEGO, pintor español de abstracción geométrica con estructuras muy visuales.
19. KNORKE LEAF, pintora y muralista boliviana recogiendo las raíces y costumbres andinas (arte con contenido social y ecológista) con colores fuertes en sus murales.
20. SHARON PÉREZ, pintora boliviana de realismo afroboliviano, reinvidicando la cultura afro
21. MAURICIO SUAREZ, pintor mexicano de realismo expresionista. Obra dramática.
22. RUTH UNTORIA, pintora española de realismo mágico basado en la naturaleza y la Madre Tierra. Contenido selvático y ecologista.
23. ADRIANA LA BOLIVIANA, ilustradora boliviana de personajes fantásticos, remitiéndonos a la niñez. Transmite delicadeza.
24. LI BLANCO, pintora boliviana que cultiva el costumbrismo andino con realismo mágico en sus obras. Resalta sus raíces andinas
25. ELENA KRASNOVA, pintora rusa que busca la belleza a través del realismo del retrato femenino.
26. TERESA VS, pintora española que plasma escenas renacentistas especialmente de Caravaggio, pintadas sobre chaquetas de cuero, mezcla a los grandes maestros con lo pop y lo kitsch y lo urbano
27. ARIEL CAMINO, dibujante boliviano del realismo mágicas con toque tenebrista, escenas monocromáticas y pocos colores
28. JATUN JUK´UCHA, artista boliviana que recoge personajes deformados con un toque tenebrista. Obra muy psicológica
29. MLOU, artista española que produce Expresionismo abstracto con Action Painting, estilo Jackson Pollock, y nos muestra el orden dentro del caos en la naturaleza.
30. MANUEL DE HUESO, artista español abstracto, con colores ocre y ciertos paisajes con colores muy luminosos.
No deje de adquirir este GRAN ANUARIO INTERNACIONAL DE ARTE CONTEMPORANEO 2020: EDICIÓN MADRID, es una obra de referencia, imprescindible para conocer a los artistas y su trayectoria.
Un libro que no puede faltar en ninguna biblioteca de arte que se precie.
© Eduardo Jáudenes de Salazar (Director de Diarionews.com y crítico de arte)
Por Eduardo Jáudenes de Salazar.
María Jesús de Frutos es como una diosa que va en su pincel en busca de la verdad y traspasa la puerta que separa el día de la noche.
“En el arte como en el amor la ternura es lo que da la fuerza.” Decía Oscar Wilde
María Jesús de Frutos posee el don del arte que es el más sublime de los dioses.
Viendo la obra de María Jesús de Frutos comprendemos porqué el arte es un lugar donde todos nos encontramos para ser más humanos, más cercanos y más felices.
El arte de María Jesús de Frutos es un gesto intencionado capaz de crear una emoción.
El arte de las obras de María Jesús de Frutos reside en el color, en la tensión que crean los colores complementarios, que hace a nuestros ojos ver a los colores moverse, una especie de simultaneismo.
Pero también en la forma, en el dibujo
Abordando detalles que avalan su clase. Libertades en el uso de la forma y el color que se integran perfectamente en el cuadro.
Sus cuadros son memorables, en versión de belleza indescriptible, porque siempre es difícil de encontrar palabras que reflejen el pleno logro artístico, tan raramente alcanzado.
Pleno de vida, gradación, color, fuerza, sin desmesuras, riquezas de intenciones y planos, en el que todo se midió cuidadosamente en la reproducción virtuosista.
A través del color penetra en la forma y la forma es creadora de multitud de dimensiones, una dimensión más allá del espacio y del tiempo.
En arte y vida se unen, es una investigadora nata que sorprende y enamora con su arte.
La obra de María Jesús de Frutos es de adquisición obligada para todos los amantes del arte.
Podemos ver una de sus fascinantes obras en Atocha 106 primera planta, en una exposición solidaria.
RECORRIDO ARTÍSTICO
EXPOSICIONES DE PINTURA
EXPOSICIONES INDIVIDUALES
2015
Sala de Exposiciones «Casa de Vacas».Madrid
2013
Sala de Exposiciones Club Información Alicante
2008
Sala de exposiciones del Diario de Ibiza (Ibiza)
2007
Torreón de Lozoya (Segovia)
2006
Galería de Arte CC 22 (Madrid)
2004
Sala de Exposiciones. Caja Madrid (Ciudad Real)
2003
Galería de Arte CC 22 (Madrid)
2002
Galería de Arte CC22 (Madrid)
1998
Galería de Arte CC22 (Madrid)
1997
Galería de Arte GAUDÍ (Madrid)
1996
Galería de Arte CC22 (Madrid)
EXPOSICIONES COLECTIVAS
2013
Sala de Exposiciones “La Alhóndiga” (Segovia)
2006
Galería Echeberría San Sebastián
2005
Galería Echeberría (San Sebastián)
2004
Museo Provincial de la Rioja (Logroño)
Briones (La Rioja)
Galería Echeberría
Centro Cultural Amaia (Irún)
2003
Complejo Empresarial IMCE (Madrid)
Galería Echeberría (San Sebastián)
Museo de la Rioja (Logroño)
Casa del reloj. Ayuntamiento de Madrid
Casino Kursaal (San Sebastián)
Ayuntamiento de Úbeda (Jaén)
Ayuntamiento de Calahorra (La Rioja)
2002
Museo de La Rioja (Logroño)
Galería de Arte “CC 22” (Madrid)
2001
Casa del reloj. Ayuntamiento de Madrid.
V Feria de Arte 21. Marbella (Málaga)
De Arte (Madrid)
Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo (Salamanca)
Sala Ibercaja. Calamocha (Teruel)
Ayuntamiento de Almazán. (Soria)
Sala de La Comunidad. Daroca (Teruel)
Museo Municipal de Calahorra (La Rioja)
Casa de Cultura. Monreal del Campo (Teruel)
Afanic. (Madrid)
Ayuntamiento de Irún (Guipúzcoa)
2000
Sala de Exposiciones del Casino Kursaal. (San Sebastián)
Universidad de Jaén
Centro Cultural Amaia (Irún)
Ayuntamiento de Mora (Toledo)
Museo Municipal de Calahorra (La Rioja)
Casa de Vacas (Madrid)
Museo Municipal “Ulpiano Checa”. Colmenar de Oreja (Madrid)
Galería Solana (Madrid)
Sede Social de ACOR (Valladolid)
IX Feria de Artesantander
1999
Museo Municipal “Ulpiano Checa”. Colmenar de Oreja (Madrid)
Museo Martín Almagro. Albarracín (Teruel)
Fundación Cruzcampo. Calahorra (La Rioja)
Ilustre Colegio de Abogados (Madrid)
Galería de Arte “CC2” (Madrid)
Galería Solana (Madrid)
VIII Feria de Artesantander
1998
Grupo estudio 7 Galería de Arte Solana (Madrid)
Galería de Arte Gaudí (Madrid).
1997
Ilustre Colegio de Abogados (Madrid)
Jovenart (Madrid)
Paisaje, Sala Solana (Madrid)
Retrato, Sala Solana (Madrid)
1996
Exposición pequeño formato, Estación de Atocha (Madrid)
Exposición pequeño formato, Sala Caja de Madrid (Aranjuez)
Galería de Arte “CC 22” (Madrid)
“Manos Unidas”, Ayuntamiento Pozuelo de Alarcón (Madrid)
1995
Sala de Exposiciones “La Victoria”. Grupo Estudio 7. San Lúcar de Barrameda (Cádiz)
Pintura “Mercado de Artistas”. Estación de Atocha (Madrid)
Exposición “Feria de la mujer Emprendedora”. Estación de Chamartín (Madrid)
Feria de Dibujo y Pintura del Círculo Catalán (Madrid)
1994
Galería de Arte “Taller de Arte G”, Grupo Estudio 7 (Madrid)
V Feria de dibujo y pintura Fedipicia
Centro Cultural “Príncipe de Asturias”, Grupo Estudio 7 (Madrid)
Centro Cultural “San Juan Bautista”, Grupo Estudio 7 (Madrid)
Círculo de Bellas Artes (Madrid)
1990/91/92/93
Sala Solana (Madrid)
Artista
Segovia
Profesora de Enseñanza Primaria. Decoración en la escuela de artes y oficios de Madrid. 1989-98 Realiza estudios de Dibujo y Pintura en la escuela de “Nieves Solana”. 1996- 98 Taller de paisaje vivo con el profesor J. Pedraza. 1999 III curso superior de Pintura de Paisaje Albarracín. Miembro y fundadora del colectivo “Estudio 7”.
BIBLIOGRAFÍA
1.998
Diccionario de pintores españoles. Segunda mitad del S XX, que edita Época
2.009
Libro “TODO POR HELARTE” – Jesús Mazariegos
Libro “OBRA SOCIAL Y CULTURAL CAJA SEGOVIA”
Guía de turismo “IBIZA Y FORMENTERA” 2009
OBRA
1990 -2015
Participa en exposiciones artísticas colectivas e individuales
laAutora_boton
SELECCIÓN DE PREMIOS
2002 –2003
Seleccionada en VII Certamen Nacional de Pintura Fundación Cruz Campo. “Ciudad de Calahorra” (La Rioja).
2001
Finalista en XIX Concurso de Pintura –Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo (Salamanca)
Finalista en XXXVIII Certamen de Artes Plásticas. San Isidro (Madrid)
Finalista en III Certamen de Arte. José LapayeseBruna. Calamocha (Teruel)
Finalista en XV Concurso de Pintura Villa de Almanzán(Soria)
Seleccionada en VI Certamen Nacional de Pintura Fundación Cruz Campo –Ciudad de Calahorra (La Rioja)
2000
Seleccionada en XXIV Certamen Nacional de Pintura “Fiesta del Olivo”. Ayuntamiento de Mora (Madrid)
Seleccionada en I Certamen de Pintura ACOR. (Valladolid)
Seleccionada en V Certamen Nacional de Pintura “Ciudad de Calahorra” (La Rioja)
Seleccionada en XIV Certamen Nacional de Pintura “Ulpiano Checa”. Colmenar de Oreja (Madrid)
Seleccionada en II Certamen de Pintura rápida “Madrid de los Austrias”. (Madrid)
1999
Seleccionada en VI Premio de Primavera de las Artes
Seleccionada en XIII Certamen Nacional de Pintura “Ulpiano Checa”. Colmenar de Oreja (Madrid)
Seleccionada en IV Certamen nacional de Pintura Fundación Cruz Campo. “Ciudad de Calahorra” (La Rioja)
Seleccionada en VIII Concurso pequeño formato. Sala Caja Madrid (Aranjuez)
Seleccionada en I Certamen de Pintura rápida “Madrid de los Austrias” (Madrid)
OTRAS ACTIVIDADES ARTÍSTICAS
1998
Ilustra la revista de Cine NICKELODEON.
2002
Cartel de la película de José Luis Garci
“Historia de un beso”.
MARIA LUISA VALERO Y MONICA MITTENDEORFER VALERO EN EKA Y MOOR ART GALLERY
En la muestra colectiva de Navidad de Eka & Moor Art Gallery (Bretón de los Herreros, 56, 28003 Madrid Teléfono: 656640735) hemos visto la obra de dos grandes artistas que merece la pena reseñar:MARIA LUISA VALERO y MONICA MITTENDEORFER VALERO.
MARIA LUISA VALERO
El dibujo es la esencia de la identidad de MARIA LUISA VALERO.
Sus cuadros son como explosiones de color.
Predominan los colores cálidos y precisos, intensos, dan un sentido a la ambigüedad, las formas nos transportan a un mundo creado por María Luisa Valero.
Con esta pintura gozamos: con sus colores, con su contenido espiritual que nos elevan el espíritu.
Pleno de vida, gradación, color, fuerza, sin desmesuras, riquezas de intenciones y planos, en el que todo se midió cuidadosamente en la reproducción virtuosista.
A través del color penetra en la forma y la forma es creadora de multitud de dimensiones, una dimensión más allá del espacio y del tiempo.
María Luisa Valero es uno de esas artistas que subraya la importancia de la tonalidad en el arte.
Los colores nos remiten a la naturaleza, verdes de los bosques, azules de la mar, gradaciones tonales, pero las formas son ajenas a la naturaleza, originales y creativas.
Su pintura es apasionada y apasionante.
Las almas de los hombres necesitan la belleza como la que podemos disfrutar con las obras de María Luisa Valero Espinosa, una pintora que nos cautiva con sus colores, su técnica refinada, su pincelada enérgica.
Es una pintora que se nota que cuando pinta es libre.
Domina los colores, el color es al pintor como la voz al cantante, debe tener una buna voz, sino no es cantante y María Luisa Valero tiene un dominio del color absoluto.
María Luisa Valero Espinosa es una de esas pintoras que considera, como puede, que no necesita vender, basta que los demás vean su obra, no se les puede privar de ese placer, porque sus cuadros son parte de su vida y su estética, por eso no necesita venderlos.
Es una pintora cuyas obras están llenas de belleza, elegancia y nostalgia.
Los ojos de María Luisa ofrecen el retrato más completo de un pensamiento y de una vida.
Me gusta la técnica, la plural variedad de matices que impregna toda su obra.
La pintura de María Luisa tiene su base en la naturaleza, teniendo como referencia la obra de Van Gogh.
También sus bodegones con formas de piñas, berenjenas, pimientos, naranjas, plátanos etc.
Naturaleza recreada en paisajes como marinas, arboledas, sabinas, parques, jardines, los mares de la Isla del Hierro donde vivió.
Azules del Mediterráneo en las playas de Mojácar y Vera (Almería).
Utiliza principalmente el óleo como técnica pictórica sobre lienzo o madera.
Siempre preocupada por crear sensaciones en el espectador de su obra desde nuevas perspectivas, aplica técnicas mixtas.
El arte es el don más sublime de los dioses que María Luisa tiene y sabe plasmar en su obra que nos cautiva y emociona.
Biografía:
Maria Luisa Valero Espinosa (Madrid, 14 de Abril de 1948). Hija del abogado madrileño D. Antonio Valero De La Vega, estudió Arte y Decoración en el I.A.D.E de Madrid. Discípula de Joaquín de la Puente Pérez, pintor y ex-subdirector del Museo del Prado quién tuvo gran fe en su obra plástica apoyándola en la muestra que Mª Luisa realizó en la Sala Joan Miró del Palacio de Exposiciones y Congresos de Madrid en 1999.
Ha ejercido también como profesora de Dibujo y Pintura desde 1.980 en centros como en el CEU Montepríncipe de Madrid.
Es miembro de la Asociación Española de Pintores y Escultores y Socia Fundadora de la Asociación Cultural Alameda Por Arte Pintura de Madrid.
Más de un centenar de exposiciones avalan su trabajo artístico desenfrenado desde los años 80. Ha expuesto en una amplia franja de la geografía nacional e internacionalmente en países como Austria, República Dominicana, Alemania, Florida, Chicago o New York (U.S.A), así como de forma permanente en colecciones privadas.
La artista plástica Mónica Mittendorfer Valero (Madrid, 1976) es una pintora cubista e impresionista cuya obra es de adquisición obligada para todos los amantes del arte.
Bordea la abstracción sin caer en ella es decir que la abstracción y la forma se dan cita en su obra.
En la abstracción no hay reglas todo es posible. Por ello el artista muestra la delgada línea entre lo real y lo irreal y el vínculo entre sus obras y el espectador.
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad Complutense, Madrid, Mónica Mittendorfer optó por la especialidad de la Pintura, si bien, como buena artista pluridimensional quiso igualmente estudiar las materias de Fotografía, Escultura, Grabado, y Museografía.
Fruto de sus plurales estudios hace que trabaje el óleo, el acrílico, el dibujo, grabado, fotografía y la técnica mixta sobre madera principalmente, como si prefiriese lo plano y duro del soporte en tabla.
Gusta de los grandes formatos y salvo excepciones de trabajar por series Sin Título, lo que a veces dificulta la identificación de las piezas.
Ha llevado a cabo diversas exposiciones individuales y colectivas.
Mittendorfer también practica el dibujo, el dibujo es la esencia de la identidad del artista. Un dibujo en técnica mixta sobre papel o cartón, que combina con acuarela.
A través del color penetra en la forma y la forma es creadora de multitud de dimensiones, una dimensión más allá del espacio y del tiempo.
La racionalidad expresionista, de colores cálidos y precisos, intensos, dan un sentido a la ambigüedad, las formas nos transportan a un mundo creado por la autora.
Reside en Madrid, comenzó a exponer a principios de 2000 como miembro de la Red de Arte Joven de la Comunidad de Madrid, ciudad en la que ha tenido diversas exposiciones individuales de pintura y fotografía en diversas ciudades.
Entre sus temas encontramos la pareja, personajes singulares que le llamaron la atención en su viaje a la República Dominicana, que le causó cierto impacto.
También encontramos entre sus obras escenas de tauromaquia que obtuvieron buen reconocimiento en coleccionistas como Joao Magallaes de Portugal.
Ha colaborado en la exposición Homenaje a la muerte de Miguel Ángel Blanco. Con motivo de la conmemoración de este acto de barbarie, a los veinte años de la muerte del concejal de Érmua, la pintora ha querido poner de manifiesto su pintura. Podemos ver a Miguel Ángel Blanco como un ser humano doliente en una cruz, con el cuerpo maltrecho en el que se adivinan las costillas, junto a otros personajes laterales en grises negros y blancos, a modo de acompañantes de su propio calvario.
La pintora ha ejercido la docencia de la pintura en diversos colegios y academias, por lo que la artista conoce bien los distintos puntos del circuito artístico.
Mónica Mittendorfer tiene obra en diversos ayuntamientos e instituciones de España y Austria. En este segundo país de su familia paterna ha residido temporalmente. Su madre, María Luisa Valero, es también pintora.
El conservador de museos, director del Casón del Buen Retiro y profesor Joaquín de la Puente dijo en su día de Mónica Minttedorfer, que era una de las artistas más interesantes del momento y ciertamente una buena promesa.
El contemplar la obra de Mónica Mittendorfer Valero nos produce experiencias sublimes.
En la casa de la cultura de Torrelodones ha tenido lugar la muestra: CONTRASTES AGUA Y COLOR III, la primera edición tuvo lugar en Eka & Moor art Gallery de Madrid, la segunda edición en Barcelona y esta tercera recoge obras del Grupo MRKDRT que la integran con sus obras, pintura y escultura: Maria Luisa Valero, Mónica Mittendeorfer Valero, Vicente Heca, Pilar Sagarra, Antonio Sabador…
María Luisa Valero, nos encantó con sus obras de temas volcánicos y paisajes de la isla de El Hierro
A la inauguración asistió la primera teniente de alcalde y responsable de cultura del Ayuntamiento: Luz Marina Vicen Aznar.
También vimos a la curadora de la muestra Penélope López.
Carmen Valero, crítica de arte, mencionó a los galeristas Pilar Sagarra y Vicente Heca que acogieron la exposición en Madrid y a Teddy Cobeña en Barcelona, siempre deseoso de un intercambio entre artistas de la Villa y Corte y la Ciudad Condal. También destacó la obra del fotógrafo Antonio Savador
La próxima edición de CONTRASTES AGUA Y COLOR tendrá lugar en Rumanía.
También asistieron al acto de inauguración el escultor Juan Moral y su profesora de música; Iñaqui Arregui y sus hermanas Mariví y Begoña, Berta García, además de los artistas Lola Santos, María Luisa Valero, Mónica Mittendorfer, Antonio Sabador, Patricio Pierdominici y su esposa Regina Salinas, Antonio Mitterdorffer, María Rita Olavide…
Los artistas que expusieron sus obras fueron:
Anna Bruderek
Alicia Rubio Araque
Antonio Sabador
Alejandra Vecino
Astrid Weissenborn
Carmen Vicén
Eduardo de Elío
Elena Garcés
Fernando Ahumada
Josefina Hidalgo
Lola Santos
María Luisa Valero
Mónica Cerrada
Mónica Mittendofer
M. José Pilarte
Nuria Pena
Paula Cabildo
Penélope López
Pilar Sagarra
Raquel García
Raquel Mulas
Silke Bestmann
Susana Cerrada
Vicente Heca
Virginia Martínez
JOSE MARIA SORIA PRESENTA ATEMPORALIDAD EN GALERIA MOVART
Atemporalidad, Dibujo y Pintura de José María Soria es una muestra de visita obligada para todos los amantes del arte.
Hay que tener mucho talento para cautivar dibujando como lo hace José María Soria.
El dibujo es la esencia de la identidad del artista, nos descubre un José María Soria que a través del dibujo penetra en la forma y la forma es creadora de multitud de dimensiones, una dimensión más allá del espacio y del tiempo.
Lo opuesto de blanco no es negro, toda la gama de grises están entre los dos
Es un gran dibujante no porque lo digamos nosotros, sino lo decimos nosotros porque es un gran dibujante.
«JOSÉ MARÍA SORIA proyecta su luz sobre personas que viven al margen de los días y que nadie enfoca. Descubre así unas imágenes, paradójicamente iconoclastas, que destruyen las representaciones sagradas de la pintura. Y que no son sólo figuraciones, sino el ser alcanzado en su carne y en sus pensamientos a base de carboncillo.
No hay juicio alguno sobre esos seres, a quienes muestra sin falsa conmiseración y sin buscar satisfacer la morbosidad en la desgracia ajena de quienes les contemplamos, disfrutando acaso de nuestra propia y supuesta normalidad.
La mirada es fundamental y sobre el camino artístico que construye con ella, cada personaje es quien es y como es, habitando el mundo gracias a cada uno de sus trazos.
Su plástica ilumina el frío, la soledad, la marginación o la vejez. Y lo hace con un trato respetuoso, nada condescendiente, bajo una sinceridad sin límites. Son las formas y la dignidad con las que Goya nos muestra al “Tío Paquete” o con las que Velázquez retrata al Bufón el Primo.»
Joaquín Fernández de Angulo
“TE VI OR NOT TE VI “
Descubrir
o crear. Estaba allí
o invocar
ficciones que nunca habían sido
y éramos nosotros ya.
Ay, credo sin fe.
Palpando con los ojos tiemblo
como la mano en la llaga
de dios,
siendo, viendo , la mentira
del pincel.
Soy una mancha. ¿Sólo el pincel?
Porque mi soledad,
sus gramos, la de todos,
porque mi avidez ,
su ebullición, la de todos
y porque mi derrota
sus restos, la de todos
son esta unidad de espejo
cuyo reflejo no es el objeto.
Pero es su ser.
Joaquín Fernández de Angulo
(Poeta en prácticas)
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“ATEMPORALIDAD” José María Soria
Del 5 al 28 de Noviembre en MOVART. Calle Conde Duque, Nº 28. 28015, MADRID.
AZAÑA INTELECTUAL, POLÍTICO Y HUMANO EN LA BNE
La exposición sobre la figura intelectual, política y humana de Azaña de la BNE es de asistencia obligada para todos los amantes de la historia.
Un impecable montaje de BNE y AC/E en conmemoración de los 80 años de su fallecimiento.
Azaña: intelectual y estadista. A los 80 años de su fallecimiento en el exilio
Manuel Azaña es una de las figuras más relevantes de la historia contemporánea de España, tan admirada como vilipendiada. Fue uno de los defensores de la causa aliada durante la Gran Guerra. Tuvo un papel destacado en el Ateneo de Madrid, del que fue Secretario y Presidente. Colaboró en diferentes periódicos, dirigió la revista España y fundó La Pluma. Recibió el Premio Nacional de Literatura en 1926 por un trabajo sobre Juan Valera y fue un notable traductor del inglés y del francés.
En su dimensión política, Azaña es uno de los principales promotores de la llegada de la República en abril de 1931. Los grandes debates del periodo cuentan con su destacada, y a veces controvertida, intervención: el Estatuto de Cataluña, la Reforma Agraria, la cuestión religiosa o el voto de la mujer. No en vano, se identificó a la República con Azaña y a Azaña con la República y se le culpó del desenlace de la Guerra Civil, cuando no de su mismo comienzo.
La Exposición pretende proporcionar una imagen completa de Manuel Azaña, en su triple dimensión: humana, intelectual y política, subrayando, además de su labor como Ministro, Jefe del Gobierno y Presidente de la República, su condición de intelectual de prestigio, así como las duras condiciones de su exilio, que concluyó con su fallecimiento en la ciudad francesa de Montauban, donde su recuerdo sigue presente ochenta años después.
Siguiendo una secuencia cronológica que permite entender su trayectoria en diferentes periodos: su infancia y juventud en Alcalá, su posterior desarrollo en Madrid, la exposición se adentra en tres etapas cruciales de la historia de España: la Segunda República, la Guerra Civil y el Exilio. En la muestra se exhibirán unas doscientas obras procedentes tanto de la BNE como de otras instituciones españolas y extranjeras. Para esta conmemoración se han rescatado fotografías y vídeos, muy poco conocidos, que permiten acercarse no sólo a la figura y a la obra de Azaña, sino también a la memoria de su tiempo.
En la muestra descubrimos como Azaña, frente a los que sugieren la política como resolución de los problemas, tenía una idea cultural, así lo demuestra en la frase que le dice a Negrín:
Es más importante para España el Museo del Prado que la república y la monarquía juntas.
O frente a los que defienden los subsidios a cambio de crear clientelas afines, Azaña tenía visiones más altas:
Ni al pueblo ni a nadie, hay que darle pedazos de pan, así como de limosna, sino organizar la sociedad sobre bases justas que permitan que ese pedazo de pan se lo gane el pueblo mismo.
¿Democracia hemos dicho? Pues democracia.
O frente a los que defienden una enseñanza carente de motivaciones, Azaña defendía:
Si a quien se le da el voto no se le da la escuela, padece una estafa. La democracia es un avivador de la cultura.
O frente a los que consideran que la prensa privada hay que cerrarla, Azaña, fundador de la revista La pluma y director de la revista España, defendía:
Estos son los sillares de nuestra política sufragio universal, Parlamento y prensa libre.
O frente a los que quieren imponer unilateralmente lo que es verdad y lo que es mentira, Azaña defiende:
El liberalismo reclama para existir la democracia… Democracia quiere decir que los hombres libres defienden, ejercen, garantizan, por sí mismos su propia libertad. Y si no lo hacen no son libres, aunque sean liberales.
Frente a los que quieren enfrentar a unos españoles con otros por su pensamiento o posición política, Azaña decía:
Yo doy razones y me dan fusiles.
Una magnífica función curatorial de Ángeles Egido León y Jesús Cañete Ochoa que hacen de la muestra un viaje imprescindible por la historia reciente de España.
Comisaria: Ángeles Egido León
Comisario Adjunto: Jesús Cañete Ochoa
Información práctica
Del 18 de diciembre de 2020 al 4 de abril de 2021
De lunes a sábado de 10 a 20 h.
Domingos y festivos de 10 a 14 h.
Debido a las circunstancias sanitarias excepcionales habrá pases a la exposición cada hora y media.
La visita tendrá una duración máxima de una hora.
Se recomienda inscripción previa.
Uso obligatorio de mascarillas en todo el recinto de la BNE.
Entrada gratuita.
Aforo limitado: 75 personas
No se permite la visita de grupos con guía propio.
No hay visitas guiadas organizadas por la BNE.
Último pase media hora antes del cierre.
Sala Jorge Juan (a continuación de la Sala Recoletos). Entrada a la exposición Manuel Azaña a través de la exposición Concepción Arenal. La pasión humanista.
CONCEPCIÓN ARENAL: LA PASIÓN HUMANISTA 1820-1893 EN LA BNE
Concepción Arenal: la pasión humanista 1820-1893
El 31 de enero de 2020 se cumplían los 200 años del nacimiento de Concepción Arenal, en Ferrol. Se trata de la pensadora más importante del siglo XIX y una figura clave de la cultura española en la forja de una conciencia nacional liberal. Sin embargo, sus contornos tanto biográficos (especialmente biográficos) como intelectuales quedaron rápidamente difuminados, subrayándose únicamente su dedicación a la caridad y su valía en la defensa de una reforma penitenciaria, cuando, en efecto, las cárceles españolas no eran más que unos edificios sórdidos donde los presos se hacinaban de cualquier modo y sin expectativas de reinserción social. Arenal será la primera mujer, y una pionera en su época, que lucha por defender la necesidad de reincorporarlos a la sociedad a fin de que dispongan de una segunda oportunidad. Todo, cualquier forma de injusticia social, fue descrita, denunciada, analizada por Arenal a través de La Voz de la Caridad, una publicación única en su especialidad y una referencia europea. Pero lo relevante es que detrás de la acción arenaliana latía un sólido pensamiento filosófico que se ha ignorado casi por completo.
Por tanto, el objetivo primero de la exposición es destacar la figura de esta gran desconocida para el público español. Hacer próxima tanto la persona como sus aportaciones. Hacer ver a Arenal como una mujer movida por una intensa pasión por conocer, por comprender y por contribuir a la mejora de su mundo. Apasionada en sus afectos y desafectos, era distante en las relaciones convencionales, pero cálida con los suyos y compasiva con los más desfavorecidos.
Este acercamiento requiere introducir al espectador en los ambientes en los que vivió CA y, en lo posible, en las alegrías, las penas, los aprendizajes, logros y frustraciones, que supusieron para ella. Habrá que servirse de los recursos visuales, de instalación y audiovisuales que permitan hacer presentes su vida, sus vicisitudes, sus valores y sus búsquedas. Se propone entender a la persona para comprender y valorar sus importantes contribuciones al pensamiento y a la reforma de las instituciones.
Un objetivo central es enlazar a Concepción Arenal con su tiempo. Con la pugna constante entre liberales y absolutistas, que marcaba el gobierno de la nación y dividía a familias, ciudades e instituciones. Concepción hace suya la afinidad de su padre con la causa liberal y se apoyará en las redes y recursos de personas ilustradas para, con su pensamiento y su acción institucional, contribuir decisivamente a hacer avanzar esta perspectiva. Pero su acción se detiene bruscamente, hundiéndola en la desesperación, cuando soplan vientos absolutistas en el poder político e institucional. Por más duros que fueran los golpes, nunca renunció a luchar por su causa, produciendo revistas y fundaciones, publicando hasta su muerte sus ideas transformadoras y sus críticas del statu quo.
En este sentido es importante destacar lo que Concepción Arenal tiene en común con las mujeres de su tiempo (Gertrudis G. de Avellaneda, Carolina Coronado, Cecilia Böhl de Faber…), que, como ella, se vieron obligadas a ajustar sus expectativas al androcentrismo imperante. Fueron mujeres entusiastas y luchadoras por el cambio personal y social que deseaban, pero su lucha tuvo mucho de solitaria y finalmente se sintieron vencidas, sin estarlo, por el espíritu conservador triunfante.
Se tratará de hacer comprensible el contexto de las acciones sociales de Concepción Arenal, como visitadora de prisiones, cronista de guerra, publicista, autora de importantes reflexiones, propuestas y recomendaciones para la mejora de la educación, de las cáceles, de la consideración y la vida de la mujer, de la esclavitud, etc.
La exposición se estructurará en ocho espacios biográficos (Ferrol, Armaño, Madrid, Potes, Coruña, Madrid, Gijón, Vigo) en los que vivió, pensó, escribió, amó y reparando en textos, manuscritos, objetos e imágenes vinculados a su vida. Otros cuatro espacios temáticos se articularán con éstos, o se mostrarán en paralelo (amores y desamores; modelos y valores; ¿Quién soy yo? Retratos; Concepción Arenal activista, sus causas). Paralelamente a este recorrido biográfico, se mostrarán imágenes de la España de la época, que contextualizan las vivencias y actividades de Arenal.
Comisarias: Anna Caballé y Cristina Peñamarín
Información práctica
Del 16 de diciembre de 2020 al 4 de abril de 2021
De lunes a sábado de 10 a 20 h.
Domingos y festivos de 10 a 14 h.
Debido a un acto institucional, lLa exposición permanecerá cerrada el día 17 de diciembre hasta las 15 h.
Aforo limitado
Sala Hipóstila: 18 personas
Sala Recoletos: 75 personas
La exposición está dividida en dos grandes espacios que coinciden con dos hilos narrativos paralelos, en la Sala Hipóstila se muestran los hitos biográficos que forjaron el carácter de Concepción Arenal vinculados a momentos históricos relevantes del convulso siglo XIX. En el inicio de la Sala Recoletos se muestran los grandes temas que ocuparon a Concepción Arenal a lo largo de su vida.
La visita tendrá una duración máxima de una hora por sala.
Uso obligatorio de mascarillas en todo el recinto de la BNE.
Debido a las circunstancias sanitarias excepcionales habrá pases a la exposición cada hora y media.
Último pase media hora antes del cierre. Entrada gratuita.
Se recomienda inscripción previa para visitas individuales y para cada sala:
Inscripción previa (Sala Hipóstila)
Inscripción previa (Sala Recoletos)
No se permite la visita de grupos con guía propio.
No hay visitas guiadas organizadas por la BNE.