Eduardo Jáudenes de Salazar (CEO de TVycinews)
CLINT EASTWOOD nos tiene acostumbrados en sus películas a elegir entre la justicia personal o tomarse la justicia por su mano, humana o los tribunales de justicia y divina. Ya en Sin perdón una prostituta que es marcada en la cara por un forajido, al ver que la justicia humana en este caso la del sheriff apenas condenaba el echo criminal cometido y que la justicia divina ni se la ve ni se la espera, decide contratar a un pistolero a sueldo para que vengue su afrenta.
En EL JURADO Nº 2 un hombre que atropella con el coche a una mujer causándole la muerte un día de tormenta y abundante lluvia, casualmente le toca formar parte de el jurado que decidirá la culpabilidad de la pareja de la victima, acusada falsamente de la muerte de la mujer, ya que habían discutido en un bar y salieron juntos del mismo muy enojados.
La fiscal del caso, una mujer también interesada en que el hombre falsamente acusado reciba una condena, pues le vendría bien para un ascenso en la fiscalía.
CLINT EASTWOOD no lo duda ni un instante, se coloca al lado del verdadero culpable de la muerte de la chica, lo cual acredito al no mostrar ningún plano del atropello que acaba con la vida de la mujer, para que no nos pongamos en contra del verdadero culpable.
El autor del atropello consulta con un amigo abogado al que paga 1 dólar antes de contarle la verdadera historia, para estar bajo el secreto profesional y no tener el abogado que acusarle por saber que ha cometido un crimen. El abogado le dice que caería sobre él todo el peso de la ley si se declara culpable del atropello.
EASTWOOD también describe al falso culpable como maltratador, con antecedentes penales, que ha estado en prisión, para que nos pongamos en su contra y no sintamos tanto que le declaren culpable.
Tan sólo en una secuencia el falso culpable declara su amor a su pareja muerta diciendo que daría su vida por ella.
El veredicto del jurado, favorable para el verdadero culpable, hace que EASTWOOD, muy inteligentemente, se abra a que la verdad se descubra por la fiscal, al comprobar que el único testigo de cargo no pudo ver bien aquel día de fuerte lluvia y tormenta desde lejos y con muy poca visión por la edad avanzada, pues le guiaba más el protagonismo que lo que de verdad vio el día del atropello al identificar al falso culpable cuando al que vio fue al falso inocente. Al declarar en el juicio el autor del atropello tira al suelo un bolígrafo para agacharse y que no le vea bien el testigo de cargo.
En la película el interés personal del verdadero culpable, ex alcohólico, que acaba de tener un hijo y que ha reconducido su matrimonio dejando el alcohol, logra vencer a la justicia humana y la inocente pareja de la victima es condenada a cadena perpetua, sin posibilidad de libertad condicional.
Yo me inclino por la visión de John Ford en El hombre que mató a Liberty Valance, donde la ley del revolver se convierte en el revolver de la ley, cuando nombran sheriff a Tom Doniphon interpretado por John Wayne un pistolero a sueldo, para que acabe con la ley del revolver de Lee Marvin que no es otro que Liberty Valance que imponen sus normas a los ciudadanos por tener el monopolio de la fuerza y con sus revólveres imponer sus normas abusivas y delictivas a través de extorsión e incluso acabar con la libertad de prensa al destrozar la imprenta del único periódico del pueblo y que dirige Ranson encarnado por James Stewart, eso si que es justicia humana venciendo a la personal.
También en la misma dirección Howard Hawks en la trilogía Río Bravo, Río Lobo y El Dorado, allí “Colorado” Ricky Nelson es un excelente pistolero que es nombrado ayudante del sheriff ya que los delincuentes que quieren liberar a su jefe encarcelado en espera de ser juzgado en la ciudad por sus crímenes, son muchos más en número y en armas que el sheriff John Wayne y sus ayudantes un pobre viejo Harold que no es otro que Harry Carey y un alcohólico Dean Martín… También en Hawks es la justicia humana la que prevalece ante la personal.
Consideraciones morales y jurídicas aparte EL JURADO Nº 2 es una película muy bien resuelta argumental y visualmente.
Impecablemente interpretada por NICHOLAS HOULT, ZOEY DEUTCH, TONI COLLETTE, GABRIEL BASSO, FRANCESCA EASTWOOD… que hacen creíble la historia que se nos cuenta.
Rigurosamente dirigida por CLINT EASTWOOD, bordando las secuencias de deliberación del jurado, que nos recuerda a la gran película Doce hombres sin piedad, pero aquí con claros tintes personales por parte de uno de los miembros del jurado, que le aportan un aliciente más, cargándola de suspense: Qué irá a hacer, se declarará culpable y contará toda la verdad o prevalecerá su interés personal y permitirá que condenen a un inocente salvándose él.
EL JURADO Nº 2 es una película de asistencia obligada para todos los amantes del cine.
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