Eduardo Jáudenes de Salazar (CEO de ESCENADEI)
Difícil ver un espectáculo de danza mejor que el que vimos en los Veranos de la Villa, dentro del Centro Cultural del Conde Duque, el que supone la despedida de Joaquín de Luz de la Compañía Nacional de Danza.
En el programa:
Remansos
Sinatra Suite
Tschaikovsky Pas de Deux
Passengers Within
El resultado un espectáculo de asistencia obligada para todos los amantes de la danza.
Exquisita música.
Rigurosa dirección de Joaquín de Luz.
Una impecable producción.
Todos los bailarines, están magistrales en sus respectivos personajes.
Mereció la pena, sin lugar a dudas, montar y ver esta función.
Una obra que no te puedes perder bajo ningún concepto.
Sin reiteraciones innecesarias, una gran construcción escenográfica.
Una obra con múltiples texturas, una pieza abierta a todo tipo de públicos por su riqueza musical, su belleza y su energía.
Posee luz y color y, lo que más me gusta, es alegre y está llena de energía.
acercar la danza.
Los bailarines se funden en el conjunto sin dejar de tener una presencia y protagonismo destacado.
Joaquín de Luz pergüeña un espectáculo que está henchido de movimientos bellos, que encierran una gran armonía, y embellece el aire que los rodea, ensombreciendo todo lo que alrededor hay, brotando, sin ellos saberlo, gran poderío, los más poderosos y bellos movimientos, otras veces sutiles, gráciles, etéreos y delicados, tocando el cielo, con esa gracia infinita, que siempre perdurara, cuando nace de verdad, ese arte tan grande, que es la danza.
Consigue abrir los corazones a la emoción.
Este espectáculo de la Compañía Nacional de Danza es mucho más que un espectáculo, es arte fascinante. Cuando uno vive la borrachera de los sentidos. El espectáculo se convierte en arte cuando absorbe los sentidos del espectador y el arte en fascinante, cuando además de los sentidos absorbe su alma y eso solo se logra cuando se interpreta con amor, buscando la perfección, la belleza y el buen hacer.
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