Eduardo Jáudenes de Salazar (CEO de ESCENADEI)
El tiempo entre costuras, el musical, basada en la novela de María Dueñas
Una producción de Beon Entertaiment con una impecable Producción Ejecutiva Dario Regattieri
Unas soberbias canciones compuestas por Iván Macias además ejerce brillantemente de productor artístico
Un magnífico texto escrito por Félix Amador
Contando con una acertadísima dirección y coreografía de Federico Barrios que facilitó la presencia ininterrumpida del interés de principio a fin de la obra.
Movimientos escénicos justos tanto a comienzo de los actos como durante ellos.
Los actores se saben mover de acuerdo sus personajes y las exigencias del libreto.
Escenografía muy inteligente de Ricardo S Cuerda
El vestuario de Sira Quiroga ha sido diseñado por Lorenzo Capriles y el resto de los actores han sido vestidos por Marietta Calderón
Todos los actores están magistrales en sus respectivos personajes y tesituras.
Alba Cuartero como Sira Quiroga es una artista preparada, con calidades extraordinarias, luciendo primorosa y riquísima técnica, plural variedad de matices y personalidad arrolladora.
Jan Forrellat abordando detalles que avalan su clase. Libertades en el uso de la forma y el color que se integran perfectamente en el conjunto.
Teresa Alba lució calidades de color, fraseo, dulzura y exquisitez en el filado admirables.
Gema Bastante voz fresca bien temperada y proyectada.
Paco Arrojo peculiar calidad de timbre caliente.
Prevaleció en todo momento la estética y la buena música, la belleza, la poesía, el virtuosismo y la emoción.
El éxito se obtiene cuando se abre la puerta de la emoción en los espectadores, se puede entrar por la puerta principal o la de servicio, cuando se llama sin avisar, se corre el riesgo de ser arrojado a la calle. Aquí la emoción estaba garantizada y avisada y entró por la puerta principal, la del corazón de los asistentes.
Una verdadera obra maestra del musical.
Todos los elementos de la obra permiten dejarnos llevar por la imaginación del autor, haciendo funcionar las neuronas espejo y creándose una comunicación entre la obra y los espectadores. Ese punto mágico de absorción del espectador que sólo las grandes obras teatrales consiguen.
La joven modista Sira Quiroga abandona Madrid en los meses previos al inicio de la guerra civil arrastrada por el amor desbocado hacia un hombre que apenas conoce. Juntos se instalan en Tánger, una ciudad mundana, exótica y vibrante donde todo lo impensable puede hacerse realidad. Incluso, la traición y el abandono.
Sola y acuciada por deudas ajenas, Sira se Traslada a Tetuán, la capital del Protectorado español en Marruecos. Con argucias inconfesables y ayudada por amistades de reputación dudosa, forja una nueva identidad y logra poner en marcha un selecto atelier en el que atiende a clientas de orígenes remotos y presentes insospechados.
A partir de entonces, con la contienda española recién terminada y la europea a punto de comenzar, el destino de la protagonista queda ligado a un puñado de personajes históricos entre los que destacan Juan Luis Beigbeder —el enigmático y escasamente conocido ministro de Asuntos Exteriores del primer franquismo—, su amante, la excéntrica Rosalinda Fox, y el agregado naval Alan Hillgarth, jefe de la inteligencia británica en España durante la segunda guerra mundial. Entre todos ellos la empujarán hacia un arriesgado compromiso en el que las telas, las puntadas y los patrones de su oficio se convertirán en la fachada visible de algo mucho más turbio y peligroso.
Mereció la pena, sin lugar a dudas, montar y ver esta función.
Una obra que no te puedes perder bajo ningún concepto.
Sin reiteraciones innecesarias, una gran construcción escénica.
No dejen de ir al TEATRO LA LATINA, me lo agradecerán.
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