Eduardo Jáudenes de Salazar (CEO de LIBRODEI)

SE ARRODILLAN PARA BEBER es un libro de adquisición obligada para todos los amantes de la poesía.
Magníficamente ideado, documentado y escrito por ÁNGELA GARCÍA
Escritora de gran precisión, sensibilidad y oficio.
Escribe poesía, no para que le quieran, sino para hablar después de la muerte.
Una impecable edición de VISOR
Uno de esos libros que no puede faltar en ninguna biblioteca de poesía que se precie.
La poesía, candil iluminador de la felicidad y quintaesecncia de la emoción, existe en nosotros desde antes de nacer, se encuentra en ese silencio seco e ingrávido, protector, acogedor y placentero del claustro materno.
XXI Premio Casa de América de Poesía por La palabra liba, título que cambia por sugerencia del editor por SE ARRODILLAN PARA BEBER
Es un libro que relata la danza amorosa de los cuerpos. Es un síntoma de un misterio muy grande que ronda por allí. Es el cuerpo ese gran común denominador y, en el cuerpo, suceden muchas cosas: el amor. Y, en el amor, el juego erótico.
Que es extraño, impredecible, nos desnuda de modos inesperados, no sabemos cómo nos vemos en el momento del amor. Nos vemos reflejados en el otro. Es una danza muy perturbadora y entonces el libro habla mucho de eso desde un punto de vista en el que trato de deshacerme de la investidura común que todos conocen para mostrar otra mujer que es ÁNGELA GARCÍA, pero también muchas mujeres de diferentes edades y cultura.
A ÁNGELA GARCÍA le interesa mucho la pregunta en la poesía. Hay preguntas sobre qué es ese encuentro, qué lleva uno allí o qué aparece sin que lo hayamos podido controlar o programar.
Se nota que la gustan poemas de Rubén Darío, Octavio Paz, Baudelaire, me interesó Van Gogh, el suicidado por la sociedad de Artaud.
En su sistema de construcción poética parte de tomar muchas anotaciones, luego revisarlas, descubrir de qué manera ciertas obsesiones le son inevitables. Trata de entender por qué se le ocurren esas obsesiones y organizarlas.
Es muy necesaria la metáfora a pesar de que el lenguaje en sí mismo es metafórico. Por ejemplo cuando escribe Como una ola me invade la felicidad.
Son poemas en verso, pues si se ocupa de ella se descentra del contenido. Hay un maridaje entre el monólogo y el diálogo. Se dirije al amado o al otro. Habla con esa otra que hay en ella misma, por lo general aún los diálogos son versos. A veces, hay dos o tres páginas que son poemas epigramáticos.
ÁNGELA GARCÍA, se deja llevar por esa especie de paganismo del erotismo. Una libertad en la entrega que descubre otras cosas. Cada poema es un ensayo, un borrador como lo decía Eduardo Lizalde.
La voz poética pretendidamente personal de ÁNGELA GARCÍA se combina con otros personajes. Antiguos aantes, personajes de sueños, voz consciente sobre lo primitivo del encuentro erótico. No es una sola voz. Son varias voces reunidas en la voz poética del libro.
Ángela García (Medellín, 1957). Poeta, traductora y gestora cultural. Cofundadora del Festival Internacional de Poesía de Medellín. Forma parte de la Asociación de escritores del Sur, con sede en Malmö. Ciudad en la que reside desde hace más de una década y en la que dirige el Día Mundial de la Poesía. Colabora en la revista La Otra de México. Entre sus obras destacan: Entre leño y llama, 1993; Rostro de Agua, 1997; Farallón Constelado, 2003 y de las más recientes Duologos (2020).
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