Eduardo Jáudenes de Salazar (CEO de ARTEDEI)
La obra de RICARDO SANZ es de adquisición obligada para todos los amantes del arte.
Una obra que no puede faltar en ninguna casa de amante del arte que se precie.
Ricardo Sanz busca denodadamente la belleza, para conseguir que los demás sean más felices.
Ricardo Sanz es un excelente dibujante y el dibujo es la esencia de la identidad del artista.
Con sus pinturas gozamos: con sus colores, con su contenido espiritual que nos elevan el espíritu.
Pleno de vida, gradación, color, fuerza, sin desmesuras, riquezas de intenciones y planos, en el que todo se midió cuidadosamente en la reproducción virtuosista.
Ricardo Sanz a través del color penetra en la forma y la forma es creadora de multitud de dimensiones, una dimensión más allá del espacio y del tiempo.
La memoria existe para reconocer la belleza.
Las almas de los hombres necesitan la belleza.
El contemplar la obra de Ricardo Sanz nos produce experiencias sublimes
Ricardo Sanz pinta con precisión y oficio.
Luce calidades de color y brillo, sólo capaz de plasmarse gozando de una portentosa técnica, como la que tiene este artista.
Ricardo Sanz como Sorolla sabe plasmar la belleza con portentosa técnica, plural variedad de matices y personalidad arrolladora.
En sus retratos capta el espíritu de su modelo, mientras otros artistas se dedican en pintar el cuerpo.
En los ojos de sus retratos, Ricardo Sanz pinta y trasmite el más completo de un pensamiento y de una vida.
Es un pintor cuyas obras están llenas de belleza, elegancia y nostalgia.
Entre otros cuadros realizados por encargo de la Casa Real, Ricardo Sanz ha sido el primer retratista oficial de los Príncipes de Asturias.
A propósito de Ricardo Sanz
Ricardo Sanz es un pintor donostiarra. Su obra es de estilo figurativo contemporáneo. Su vocación artística se forjó a través de su abuelo, propietario de la Galería de Arte La Perfecta en la que conoció a los grandes artistas de la pintura: Sorolla, Zuloaga, Vázquez Díaz, etc.
A los catorce años comienza su formación como pintor con el maestro José Camps, al mismo tiempo que prosigue sus estudios hasta licenciarse en Historia por la Universidad de Deusto e Historia del Arte en Madrid.
En París e Italia continúa su aprendizaje con destacados pintores de la época.
Finalmente, fija su residencia en Madrid, ciudad en la que vive y tiene su estudio desde 1980; siempre vinculado a San Sebastián, su ciudad natal, donde pasa largas temporadas.
Su pintura es el resultado de diferentes influencias. Sus primeros cuadros están inspirados por los impresionistas vascos y franceses, en gama de colores suaves y grises y en los que está presente la atmósfera húmeda de su ciudad.
El Ricardo Sanz de los 80 y 90, el pintor que se instala en Madrid, se nutre de los pintores clásicos (Velázquez, Van Dyck o Rembrandt), y toda la pintura del XIX y la Escuela Española.
Al mismo tiempo, conoce a los grandes pintores figurativos y retratistas del momento como Macarrón, Torrents Lladó, Antonio López o Revello de Toro, lo que le sirvió para enriquecer su espíritu artístico y sus conocimientos al más alto nivel de la pintura figurativa.
Su paleta se hace más fuerte y colorista; Su obra madura con un aire moderno y renovador, mezclando una composición exquisita, con una técnica depurada y un especial dominio del color y la luz, imprimiendo una pincelada moderna y original que consigue reflejar con especial maestría los efectos de la luz, que se convierte en protagonista de sus cuadros.
El trabajo pictórico de Ricardo Sanz refleja un dominio perfecto del dibujo, la luz y el color, es idealizado y preciosista, consigue sacar lo mejor de cada modelo y plasmarlo en el lienzo. Sus retratos, de una modernidad actual, cuentan con la tradición y la sabiduría pictórica.
Está considerado uno de los grandes retratistas del momento. Personalidades de la realeza, la aristocracia, la política o la cultura, demandan su trabajo porque les atrae su visión del modelo desde el respeto y la elegancia.
Ha obtenido destacados galardones, como el Premio Nacional de Cultura Viva, el Premio de la Fundación Goya, o la Medalla Paul Harris que le concedió la Fundación Rotary Internacional.
Habiendo realizado numerosas exposiciones en España y en el extranjero. Cabe destacar las realizadas en la Galería Santiago Echeberría, con la Galería Sokoa, ambas en Madrid, y con la Galería Echeberría de San Sebastián.
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