PARET EN EL PRADO

Eduardo Jáudenes de Salazar (CEO de ARTEDEI)

Paret es una exposición de visita obligada para todos los amantes del arte.

Mereció la pena, sin lugar a dudas, montar y ver esta muestra.

Impecablemente organizada por el Museo Nacional del Prado. Madrid

Contando con una magnífica labor curatorial de Gudrun Maurer conservadora de Pintura española del siglo XVIII y Goya del Museo del Prado.

No se la pierdan bajo ningún concepto tienen hasta el 21/08/2022

Luis Paret (1746-1799) compartió año de nacimiento con Francisco de Goya, cuya estelar trayectoria e influencia posterior acabarían por ensombrecer su papel en el arte español del siglo XVIII. A ello contribuiría también su particular biografía, marcada por un largo destierro en Puerto Rico y Bilbao motivado por su vinculación con su principal protector, el infante don Luis, condenado a vivir lejos de la corte por su hermano, Carlos III.

Sin embargo, Paret terminó su sólida formación artística, además de humanista, unos años antes que Goya, y sorprendió también antes que él con sus vivaces escenas de temas contemporáneos y novedosos. En ellas reflejó de manera sutil la vida de una sociedad que avanzaba lentamente hacia la modernidad; pinturas que propiciaban una mirada atenta y que, al tiempo que producían deleite, invitaban a la reflexión. Pero Paret fue también un audaz creador de pintura religiosa y alegórica, un delicado retratista y un sensible pintor de paisajes, como muestran sus espléndidas vistas del Cantábrico, en las que captó la naturaleza de una manera casi científica. A sus composiciones complejas y originales, a su estilo ecléctico y personal, se une el empleo de un colorido limpio e irisado y un magistral manejo en sus dibujos del lápiz, la pluma y la aguada.

Esta exposición, la primera que el Museo del Prado dedica a Paret, reúne la mayor parte de sus pinturas y una escogida selección de sus dibujos. Su recorrido a un mismo tiempo cronológico y temático permitirá descubrir a un artista de singular genio y personalidad y disfrutar de una obra llena de diversidad y belleza.

La formación de la personalidad artística: el asunto de Aníbal en Paret y en Goya

Luis Paret, nacido en el mismo año que Francisco de Goya, coincidió con este en los concursos de pintura de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando del año 1766. Mientras que Goya se presentó a la categoría de mayor dificultad, el concurso de primera clase, y no obtuvo ningún voto, Paret participó en el de segunda clase y consiguió el máximo galardón por unanimidad. Uno de los asuntos que tuvo que presentar fue el de Aníbal en el templo de Hércules en Cádiz. Un tema muy similar, Aníbal vencedor mirando Italia desde los Alpes, se solicitó a los aspirantes del concurso de la Academia de Parma al que se presentó Goya en 1771, durante su estancia en Italia. Aunque Goya tampoco ganó en esa ocasión, recibió una mención especial. Esta coincidencia temática permite comparar la fuerte personalidad artística de ambos pintores, muy fuerte ya desde la fase inicial de sus carreras.

Paret, pintor de asuntos novedosos de la sociedad y la corte

Tras ser premiado por la Academia de San Fernando en 1766, Paret inició una prometedora carrera en la corte de Madrid que culminó en 1774, cuando el infante don Luis lo nombró su pintor, un año antes de su destierro en Puerto Rico.

Las obras de este periodo dan testimonio de una sorprendente modernidad. El artista se adaptó fácilmente a las nuevas tendencias artísticas, supo captar los temas más novedosos e ideó composiciones complejas y singulares, siempre con gran maestría técnica.

Algunos de los dibujos expuestos muestran su asimilación del nuevo estilo neoclásico desarrollado en Roma en la década de 1760. También se muestran pinturas de pequeño formato en las que reflejó la sociedad de su tiempo en sus facetas más variadas, incluida la vida en la corte, protagonista asimismo de una pintura de mayor tamaño y destinada a la familia real. Estas obras, pobladas por figuras de reducido tamaño, exigen una mirada atenta, capaz de apreciar toda la riqueza de los escenarios y los personajes representados, en los que además se revela su habilidad como retratista y pintor de paisajes.

Paret y el Gabinete de Historia Natural del infante don Luis

La relación de Paret con el infante Luis de Borbón (1727-1785), hermano del rey Carlos III, fue breve pero intensa en lo personal y en lo profesional. El artista fue pensionado por el infante para formarse Italia entre 1763 y 1766, y tras su regreso realizó para él distintos encargos de pinturas y dibujos hasta que su supuesta involucración en los devaneos amorosos de su protector provocó su destierro a Puerto Rico en 1775.

Don Luis formó un excelente gabinete de historia natural que contenía ejemplares de aves, insectos, cuadrúpedos, minerales y vegetales. Instalado primero en el Palacio Real de Madrid, se trasladó después a la residencia del infante en Boadilla del Monte, donde además había animales vivos.

La importancia de la colección de aves disecadas, que se conservaban en urnas y campanas de cristal, motivó que en 1774 don Luis encomendara a Paret la labor de dibujarla para componer un álbum. Este revelaría no solo la voluntad de preservar y documentar la colección, sino también de crear un objeto en sí mismo precioso, en el que los dibujos se valoraran de forma autónoma.

Paret íntimo: retratos y composiciones de pequeño formato

La obra retratística de Paret es escasa y abarca sobre todo composiciones de pequeño formato, tanto dibujos como pinturas. Sin embargo, su gran habilidad en ese género se aprecia desde temprano en obras como las Parejas reales y Carlos III comiendo ante su corte, en las que las fisonomías de varios de los personajes están magistralmente captadas a pesar de su diminuto tamaño.

Entre sus creaciones más íntimas destacan sus cuatro autorretratos, pintados en Madrid antes de su destierro, durante el mismo y a su regreso a España. Se trata de un conjunto singular para su tiempo y en el que se reflejan los distintos estados de ánimo que atravesó el artista. A ellos se suman los deliciosos e innovadores retratos de su esposa y de sus hijas, así como los de destacados personajes de la corte.

El virtuosismo que caracteriza a todos ellos se advierte también en sus dos cuadros de flores, elemento de gran relevancia en la obra de Paret, mientras que su originalidad se aprecia en asuntos en torno a la maternidad, como la Virgen con el Niño o la imagen de una esclava de Puerto Rico, mostrada aquí en su versión lapidaria, realizada por el Laboratorio de Piedras Duras del Buen Retiro.

Paret académico de mérito. Obras religiosas

En abril de 1780, año y medio después de regresar de Puerto Rico y de establecerse en Bilbao, Paret fue nombrado académico de mérito de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando tras enviar su cuadro de la Circunspección de Diógenes. Goya recibió igual nombramiento el mismo día, en su caso gracias al Cristo crucificado (Madrid, Prado).

El título de académico posibilitó a Paret el acceso a distintos encargos públicos y privados, entre ellos varios de carácter religioso –incluyendo trazas de altares, monumentos efímeros, etc.– que desempeñaron un importante papel en su trayectoria.

Gracias a su originalidad y sensibilidad, el pintor supo adaptarse a las expectativas de su clientela y desarrollar un estilo nuevo y ecléctico en el que aunó de manera armoniosa y magistral poderosos recursos del Barroco con el lenguaje neoclásico impuesto desde la Academia, sin prescindir de los elementos rococó propios de su estilo personal, como el uso de tonos pastel o de adornos como las rocallas.

Asuntos de Amor y de amoríos: lo bello y lo engañoso

La capacidad de Paret para concebir imágenes originales destaca especialmente en sus obras en torno al amor, ya sea en su forma idealizada o cotidiana, aunque las fronteras entre estos dos mundos se muestren a veces imprecisas.

Las pinturas y dibujos dedicados a asuntos mitológicos y bucólicos de origen literario conviven así en esta etapa bilbaína (finales de 1778 a 1789) con las centradas en el galanteo engañoso de la vida real, apoyado en la complicidad de criadas o celestinas, que reflejan el papel y el destino de la mujer de la época. Existe en estas imágenes una crítica social más directa que en las creadas en la década de 1770.

Frente a las obras de género realizadas por Paret en Madrid, estas escenas se caracterizan por tener menos figuras pero más individualizadas y con una mayor profundidad psicológica. En este sentido el artista va más allá de la sentimentalidad de artistas contemporáneos como Jean-Baptiste Greuze o Jean-Baptiste Le Prince, citados frecuentemente como referentes de su obra, y se acerca más a las composiciones concentradas de Pietro Longhi.

Paret paisajista: las vistas de los puertos del País Vasco

En 1786 Carlos III encomendó a Paret la tarea de pintar dos panoramas al año de puertos del Cantábrico, probablemente con el fin de completar el proyecto encargado en 1781 a Mariano Sánchez para dar a conocer los enclaves portuarios más relevantes de España. Ya antes de 1786, Paret había pintado varias vistas vizcaínas y enviado algunas al Príncipe de Asturias, el futuro Carlos IV, que tal vez inspiraran el encargo real. Gracias a este, Paret no solo recuperó su sueldo, suspendido con la muerte del infante don Luis en 1785, sino también su prestigio en la corte.

Además de las vedute italianas del Setecientos, el precedente más inmediato de este tipo de paisajes de Paret, animados por escenas de la vida diaria, era la serie de los Puertos de Francia pintada por Claude-Joseph Vernet para Luis XV y difundida a través de estampas.

Se reúnen aquí ocho de las nueve vistas del artista que actualmente se conocen y los dos únicos dibujos del mismo tema conservados, hecho excepcional que permite ofrecer una visión unitaria de un conjunto de singular belleza.

La capilla de San Juan del Ramo en Santa María de Viana: pinturas y dibujos

En 1785, poco antes del fallecimiento del infante don Luis y del levantamiento de su destierro, Paret obtuvo el encargo de la decoración de la capilla de San Juan del Ramo en la iglesia de Santa María de la Asunción en Viana (Navarra). El pintor elaboró un plan iconográfico dedicado a san Juan Bautista que comprendía escenas relativas a su vida ubicadas en el tramo de ingreso a la capilla y en la cúpula y las pechinas de esta. El laborioso proceso de diseño y ejecución del conjunto se revela en los dibujos preparatorios que se conservan. El pintor compaginó el proyecto con las vistas para Carlos III y con otros encargos para el Ayuntamiento bilbaíno, y no pudo finalizarlo hasta agosto de 1787.

Las figuras de la cúpula revelan el estudio por parte de Paret de estampas de Jean-Baptiste Le Prince y Giovanni Battista Tiepolo, pero también de las pinturas de Miguel Ángel para la Capilla Sixtina. Las imponentes posturas y los expresivos gestos de san Juan evocan concretamente la célebre figura de Cristo en el Juicio Final, cita que confiere a los asuntos representados un carácter universal.

Últimos encargos de pinturas en la corte de Madrid

En 1789 Paret se trasladó a Madrid para cumplir el encargo real de pintar la jura como heredero de la Corona de don Fernando, Príncipe de Asturias, celebrada en septiembre de ese año en la iglesia de San Jerónimo. Además, abordó la comisión de diez alegorías de los dominios de España para la sede de los Cinco Gremios Mayores. Estas decoraron también la fachada del edificio con ocasión de los festejos conmemorativos de dicha jura y de la proclamación el año anterior de los reyes Carlos IV y María Luisa de Parma.

El cuadro de la Jura de don Fernando, concluido en 1791, dio paso al nombramiento de Paret en 1792 como vicesecretario de la Academia de San Fernando y secretario de su Comisión de Arquitectura. Por entonces, Carlos IV aceptó también la propuesta del artista de cambiar el encargo de 1786 de las vistas portuarias por otro de vistas de la corte, aunque con estas solo se puede relacionar el Jardín Botánico desde el Paseo del Prado. No logró Paret acceder a otros encargos de mayor envergadura, seguramente por la fuerte competencia artística que existía en la corte, lo que le llevaría a centrar su actividad en el dibujo y en las ilustraciones para libros y estampas de asuntos muy diversos, hasta su muerte en 1799.

El proceso creativo de Paret

Las obras y documentos técnicos expuestos en este ámbito ilustran el meticuloso proceso creativo de Paret. Antes de iniciar la Jura de don Fernando como Príncipe de Asturias, su prestigioso encargo para Carlos IV, el artista presentó al rey la composición en un cuidadoso dibujo de gran tamaño. Después realizó sobre la capa de preparación del lienzo un nuevo dibujo con algunos cambios compositivos, visibles en la reflectografía infrarroja. A la vez desarrolló en dibujos más rápidos algunos detalles de la pintura final. En el vídeo se muestran otros ejemplos de su obra y su manera de trabajar.

Cronología

1746

Luis Paret y Alcázar nace el 11 de febrero en Madrid. En su infancia estudiará humanidades y latín y aprenderá a dibujar con  Agustín Duflos, joyero del rey.

1757

Es admitido como alumno en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

1759

Inicio del reinado de Carlos III. El rey llamará a la corte a Antón Rafael Mengs, que introduce el estilo Neoclásico.

1763

El infante don Luis, hermano menor del rey, le costea una estancia formativa en Roma de tres años. A su vuelta creará novedosas obras para la familia real y para particulares.

1774

Es nombrado pintor de cámara del infante don Luis. Para él realizará dos conjuntos de aguadas de aves y otros animales de su Gabinete de Historia Natural.

1775

Es condenado al destierro en Puerto Rico por su presunta implicación en el encubrimiento de los amoríos del infante. Desde Madrid, su esposa realizará gestiones para lograr su vuelta.

1778

Carlos III le permite regresar a España, aunque con la prohibición de acercarse a la corte, por lo que pasa a residir en Bilbao. Allí se reúne con su familia.

1780

Es nombrado académico de mérito de la Academia de San Fernando tras el envío de la Circunspección de Diógenes. Pronto recibirá encargos públicos y particulares muy diversos.

1785

Se le encomienda la decoración de la capilla de San  Juan del Ramo en la iglesia de  Santa María de Viana, en Navarra. Fallece el infante don Luis y el rey le levanta el destierro, aunque permanece ocupado trabajando en el norte de España.

1786

El rey le encarga que pinte dos vistas de puertos del Cantábrico al año. Con ellas recupera los ingresos que recibía como pintor del infante.

1788

En abril entrega unos diseños para fuentes de Pamplona. Concluye los trabajos para la capilla de Viana. Inicio del reinado de Carlos IV.

1789

Se desplaza a Madrid a petición del nuevo rey para pintar la jura de don Fernando  como Príncipe de Asturias, un  cuadro que termina dos años después.

1792

Es nombrado vicesecretario de la Academia de San Fernando, por lo que establece su residencia definitivamente en Madrid. Al no recibir encargos más importantes, al final de su vida se dedicará sobre todo a realizar dibujos para estampas.

1799

El 14 de febrero fallece de tuberculosis a la edad de 53 años.

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