Por Eduardo Jáudenes de Salazar (CEO de MUSICAS)
Este concierto que vimos y escuhamos de la ORCAM, Música y Religiones II, es uno de esos que no te puedes perder bajo ningún concepto.
Tuvimos 3 sorpresas 3:
Una obra nueva de M. Fernández-Barrero, Nocturno Sinfónico una obra encargo de AEOS-Fundación BBVA, primera vez que se interpreta por la ORCAM.
Obra magistral que nos describe el inquietante y colorido mundo de los sueños.
Fernández-Barrero, maneja los colores en su paleta de las distintas familias orquestales con maestría.
Seguidamente escuchamos la obra de W. A. Mozart, Concierto para piano KV466
Actuó como solista: Dmytro Choni, piano (Ganador del XIX Concurso de piano Paloma O’Shea) es una artista preparada, con calidades extraordinarias, luciendo primorosa y riquísima técnica, plural variedad de matices y personalidad arrolladora.
Un virtuoso, abordando detalles que avalan su clase. Libertades en el uso de la forma y el color que se integran perfectamente en el conjunto.
Dueño del color en los fragmentos más sutiles y delicados, así como en los bellos y poderosos.
Los aplausos mantenidos del público le obligaron a ofrecer un bis, que dejó al público más que convencido de su maestría.
Para terminar, la tercera sorpresa, la Sinfonía nº 1 de L. van Beethoven, obra clásica, más cerca de Mozart que del Beethoven romántico del que es pionero y máximo representante, pero que dejaba ver ya su capacidad compositiva.
Orquesta de la Comunidad de Madrid se lució plenamente y el interés tuvo una presencia ininterrumpida
El director Baldur Brönnimann, guio con brillantez, precisión y firmeza admirables.
A propósito de Beethoven “El español”
Beethoven era llamado “El español” en Bonn. No por ser bajito, moreno y con “mala leche”, sino porque su abuela era española y se llamaba María Josefa Poll.
Su única opera se llama Fidelio y transcurre íntegramente en Sevilla.
Sus sobrinos, por voluntad del genial músico, fueron al colegio español de Viena.
Las canciones de Beethoven se engloban dentro del epígrafe Canciones españolas.
La casa donde muere, aún hoy se puede visitar en Viena, se llamaba la casa del español negro Swartispainierhaus porque allí vivían unos monjes que vestían de negro y eran españoles.
Beethoven festeja con los estudiantes la Victoria de Wellington de los españoles sobre los franceses.
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