Eduardo Jáudenes de Salazar (CEO de ESCENA)
¡OH MAMI es una obra de teatro que podemos ver en EL TEATRO AMAYA que cuenta la historia de tres amigas deciden abrir una pastelería pero la cosa no acaba de funcionar y una de ellas propone ampliar el negocio ofreciendo a las clientas masajes con final feliz en la trastienda del local… un poco como “Sweeney Todd” pero con un resultado nada truculento… Como os podéis imaginar, la comedia con los malentendidos a ritmo de vodevil moderno, ¡está bien servida!
Pero además de una comedia de enredos y situaciones divertidas, ¡OH MAMI! nos presenta un mundo de mujeres y de hombres en busca de la identidad personal, de la felicidad y del placer.
Tiene una duración de 1:30 minutos.
Como señala uno de sus atores ORIOL VILA esta historia fue cogiendo forma en mi cabeza cuando fui padre y mi hijo empezó a ir a la escuela. Mi profesión de actor me permitía unos horarios de trabajo muy diferentes a otros padres y durante un tiempo coincidí en Sarrià, Barcelona con un grupo de madres que pasaban la tarde en la plaza acompañando a sus hijos mientras charlaban de sus cosas. Y digo madres, porque eran sólo madres lo que yo veía y muy pocos padres que sólo aparecían de vez en cuando los viernes. No digo que algunas de estas madres no se encontraran felizmente realizadas con la crianza de sus hijos e hijas en estos primeros años pero si que fui testigo de cómo muchas de ellas se quejaban de la pesada rutina y la inacabable serie de obligaciones que día tras día habían de asumir: las citas con el pediatra, hacerse cargo de la compra del súper, llevar la merienda a los niños, acompañarlos a las extraescolares… Allí fui consciente de cómo nuestra sociedad aún fuerza a muchas mujeres a tomar el rol de cuidadora de la familia sin ni siquiera poderse plantear otra opción. De repente sus vidas se llenaban de pequeñas tareas aparentemente menores y sin importancia pero que requerían una dedicación y un compromiso pocas veces bien valorado.
Años mas tarde este negocios e ha hecho realidad con la pastelería del «Oh, Mami!». Las tres mujeres protagonistas de esta historia ponen en marcha su plan para liberarse del tedio y de la rutina abriendo una tienda de pasteles y cupcakes para más adelante redondear lo ofreciendo a las clientes del barrio un servicio de masajes íntimos en el altillo del local.
Con este segundo negocio quería hablar también de la sexualidad femenina, durante tanto tiempo escondida y misteriosa. Por tradición siempre se ha pensado que el hombre es más sexual que la mujer, es por eso que la prostitución y el negocio del sexo se centra principalmente en él como consumidor. De la mujer se ha dicho siempre que es mas compleja, más sensible y que necesita de cierto vínculo emocional para poder disfrutar de las relaciones íntimas. Sin voluntad de emitir ningún juicio al respecto y sin perder el tono de comedia que me gusta emplear para mis historias me apetecía proponerme las siguientes preguntas: ¿A quién le interesa este discurso? ¿Qué pasaría si las mujeres también empiezan a pagar para su placer? Cómo serían estos locales de sexo femenino?¿Qué supondría de revolucionario para la sociedad, para sus familias y principalmente para ellas mismas? Vivimos en un mundo donde a menudo pensamos que una única relación de pareja te satisfará en todos los sentidos, cargando así de responsabilidad y de exigencias. ¿Qué pasaría si rompemos este dogma?
¿Qué pasaría si vemos que otras formas son posibles? ¿Qué pasaría si las cosas no son como nos hemos pensado que eran?
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