Eduardo Jáudenes de Salazar (CEO de MUSIKDEI)
Dos personalidades, dos nacionalidades dominicana y española, dos estilos de música jazz y flamenco, dos instrumentos piano y guitarra española y una cosa en común: virtuosismo conductor de emociones que te roban el alma.
El concierto de JAZZMADRID de MICHAEL CAMILO Y TOMATITO fue de asistencia obligada para todos los amantes de la música.
Mereció la pena, sin lugar a dudas, montar y ver este concierto.
Un concierto que no te podías perder bajo ningún concepto.
Los músicos tocaron muy bien y la música fluyó con vivacidad.
Delicados, cuidando los detalles.
TOMATITO un gran guitarrista, medida justa de virtuosismo y sentimiento, ha desarrollado un sonido muy depurado y bonito.
MICHAEL CAMILO, capaz de hacer del piano un instrumento creador de emociones físicas.
CAMILO Y TOMATITO demostraron ser artistas preparados, con calidades extraordinarias, luciendo primorosa y riquísima técnica, plural variedad de matices y personalidad arrolladora.
Se lucieron plenamente abordando detalles que avalan su clase. Libertades en el uso de la forma y el color que se integran perfectamente en el conjunto.
Ocho años después de su tercer encuentro discográfico, Spain forever, esta pareja sigue revelándose como uno de los dúos más singulares del jazz latino. Y hay que reconocer que la alianza nació en un lejano 1997 con algunos detractores, fijada, como lo estuvo, al alarde del virtuosismo instrumental. Sin embargo, el paso del tiempo y la soberbia elección del repertorio confirman una conmocionante victoria por K.O. Hace un par de años, Michel Camilo al piano, y Tomatito a la guitarra, llevaron a cabo un pequeño avance en JAZZMADRID, de su cuarto disco de estudio, Spain forever again. Con el álbum ya publicado en el final de la pasada primavera, es momento de hacer ahora estreno oficial de sus temas.
En ellos, jazzista e intérprete flamenco se pasean, entre otras opciones, por la creación de Miles Davis, Chucho Valdés, Pat Metheny y Ariel Ramírez, volviendo a ampliar el espacio común de sus sensibilidades. Y, en lugar muy principal, rebuscan también en el recogimiento sonoro del romanticismo tardío de El Concierto de Aranjuez, el cimbreo pianístico que procura la música libre y el reconocible rezongo de la guitarra de un intérprete que, como el almeriense José Fernández Torres Tomatito, ya grabó en 2019 una versión orquestal de esta obra de Joaquín Rodrigo, que, por cierto, dio nombre y protagonizó el espectáculo con el que la pareja se presentó -tal como decíamos- en este festival en 2022.
Reconocido como una de las indiscutibles grandes figuras del jazz latino, el dominicano Michel Camilo es, por su parte, un músico al que siempre le ha gustado romper moldes. Seguramente por ello Don Sebesky dijo una vez de él que estaba entre los artistas que, cada vez que asumen un proyecto, salen a buscar algo nuevo. Sin retos, Michel Camilo no parece estar completo. Y lo mejor de todo es que sus lances prosiguen respirando lejos del engañoso neón de los grammys que iluminaron, en el origen, hace casi treinta años, su aventura con el guitarrista Tomatito.
Más aún. Somos muchos los que entendemos que lo que ha proporcionado mayor impulso al jazz latino en los últimos años, no ha sido su línea de comunicación con aquel gran encuentro entre el bebop y la polirritmia cubana surgido en la década de los 40, y sí la nueva valoración que le han dado personajes como el dominicano Camilo.
Michel Camilo y Tomatito, Tomatito y Michel Camilo, dos artistas que trascienden los paisajes naturales del flamenco y el jazz para penetrar, sin temor a defraudar expectativas, en el territorio de los sueños.
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