Eduardo Jáudenes de Salazar (CEO de ARTEDEI)
Fotografía de lo sublime las marinas de Gustave Legray es una exposición de visita obligada para todos los amantes del arte.
Impecablemente organizada por Patrimonio Nacional.
Muy bien ideada, documentada y comisariada por Reyes Utrera.
Curadora de gran precisión, sensibilidad y oficio.
Mereció la pena, sin lugar a dudas, montar y ver esta muestra.
Gustave Legray es un fotógrafo preparado, con calidades extraordinarias, luciendo primorosa y riquísima técnica, plural variedad de matices y personalidad arrolladora.
Artista que en cada foto nos transmite emociones físicas.
Sus fotos encarnan emoción, poesía y belleza. Incluso llega a la mistificación, fotografiando el cielo de Normandía y el mar Mediterráneo, uniéndolas por el horizonte sin que se note.
Como con acierto señala Margaret Cámeron se logra elevar a la categoría de las bellas artes la fotografía, fotografiando entre lo real y lo ideal
Gustave Legray capta la naturaleza en movimiento en todo su esplendor, lo que se conoce como la fotografía de lo sublime.
El fotógrafo escribe con sus imágenes, los hay que escriben en prosa Gustave Legray hace poesía.
La primera exposición completa de una serie histórica
Patrimonio Nacional inaugura en el Palacio Real de Madrid su nueva exposición temporal: “Fotografía de lo sublime. Las marinas de Gustave Le Gray”. La institución expone al público por primera vez de forma completa la serie de marinas de este autor francés desde su adquisición para las Colecciones Reales durante el reinado de Isabel II.
La serie está formada por un conjunto de 15 fotografías, todas ellas de Gustave Le Gray (Villiersle-Bel, 1820 – El Cairo, 1884). Ingresaron en la Real Biblioteca en 1859 y en la actualidad las custodia el Archivo General de Palacio con el resto de fondos fotográficos.
Se trata de paisajes costeros inmortalizados entre 1856 y 1857 en la Alta Normandía, cerca de Le Havre, y en el puerto mediterráneo de Sètes. El público podrá descubrirlos en los Salones Génova del Palacio Real de Madrid sin coste adicional en su entrada, hasta el 30 de enero de 2022
Con esta exposición, Patrimonio Nacional tiene el objetivo de mostrar una de las etapas más brillantes de Gustave Le Gray. Con sus instantáneas de la naturaleza en movimiento logró situar a la fotografía en el campo de las Bellas Artes. Las fotografías se convirtieron en un referente para el movimiento impresionista y supusieron la consolidación del clásico género pictórico de las marinas en el nuevo medio fotográfico.
Asimismo, con esta muestra, la institución sigue poniendo al alcance del público los fondos fotográficos y documentales de su Archivo General de Palacio, que custodia en torno a 57.000 instantáneas, y de su Real Biblioteca en el Palacio Real de Madrid, con más de mil piezas de fotografía histórica en forma de álbumes.
Patrimonio Nacional reedita “el evento del año”
Patrimonio Nacional reedita en el Palacio Real de Madrid la primera exposición de las marinas de Gustave Le Gray en 1857, en Manchester. Por sus logros técnicos, estéticos y comerciales fue considerada “el evento del año” por el crítico Marc-Antoine Gaudin, de la revista Lumière.
El artista cosechó un gran reconocimiento al demostrar que se podía dominar el mar. Formalizó la incursión de la fotografía en uno de los géneros pictóricos por excelencia, pero el mayor enigma para muchos era cómo Le Gray había logrado técnicamente capturar un instante de la naturaleza en movimiento.
En los años previos, el artista usó el medio natural como campo de ensayo. Experimentó con la técnica del colodión húmedo, con la que se redujeron notablemente los tiempos de exposición.
La imposibilidad de registrar simultáneamente el mar y el cielo sin perder definición le llevó a combinar dos negativos: uno para los celajes y otro para la superficie marina, unidos en la línea del horizonte, singularmente potenciada. Así lo consiguió.
Imágenes como La gran ola y El rompeolas son el resultado de esa técnica y del ingenio de Le Gray. También es reseñable Marina con velero y remolcador dejando estela de humo, motivo de inspiración para los impresionistas que le sucedieron.
Su serie se distribuyó en un álbum titulado Vistas del Mar, considerado hoy un icono de la edad de oro de esta disciplina. La Real Biblioteca registró la llegada de este preciado conjunto el 16 de marzo de 1859, en una “cartera de terciopelo encarnada con vistas fotográficas de Puerto de Mar”.
Con motivo de esta exposición en el Palacio Real de Madrid se han restaurado los sencillos marcos de media caña dorados que realizó el fabricante de muebles Antonio Girón para exponer la serie en el Palacio Real de La Granja de San Ildefonso. Allí permanecieron hasta que se decidió su custodia en el Archivo General de Palacio con el resto de los fondos fotográficos.
Gustave Le Gray, el artista detrás de la cámara
Gustave Le Gray (Villiers-le-Bel, 1820 – El Cairo, 1884) es una figura clave en la historia de la fotografía europea. Sus paisajes marinos de las costas de Normandía y del Mediterráneo marcaron el cénit de su carrera.
Nació el 30 de agosto de 1820 en Val-d’Oise, en las proximidades de París, en el seno de una familia de comerciantes. En 1842 entró como alumno del pintor Paul Delaroche en la Escuela de Bellas Artes y se inició como copista en el Louvre. Un año después viajó a Roma para estudiar a los maestros y allí contrajo matrimonio con Palmira Leonardi. En 1847 retomó su labor de copista en el Louvre y después en el Gabinete de Estampas de la Biblioteca Real.
Fue en 1848 cuando, tras experimentar con la daguerrotipia, comenzó a ensayar con el papel encerado como negativo. Un año más tarde inauguró en París su primer estudio, con un laboratorio abierto al público y a los entusiastas estudiantes. En 1850 publicó Tratado práctico de fotografía sobre papel y sobre vidrio, el primero de sus tres manuales sobre esta disciplina.
La Comisión de Monumentos Históricos francesa le concedió su primer reconocimiento al seleccionarle para la Misión Heliográfica de 1851. Simultáneamente llevó a cabo importantes encargos, como el de Napoleón III y Eugenia de Montijo de retratar a su hijo, el príncipe Napoleón Luis.
Su periodo más brillante comenzó a fraguarse en 1855 desde su nuevo hogar en el 35 del Boulevard des Capucines. Ya había trabajado en el medio natural en los bosques de Fontainebleau, pero fueron sus paisajes marinos tomados entre 1856 y 1857 en las costas de
Normandía y en el Mediterráneo los que marcaron el cenit de su carrera.
Le Gray compaginó estos trabajos con encargos gubernamentales de primer orden. Pero, pese al éxito alcanzado, la mala gestión de su empresa obligó a su disolución en 1860. Tragedias familiares sucesivas influyeron en el abandono de su hogar y motivaron su marcha a Oriente Próximo. En Palermo realizó un extraordinario reportaje de sus ruinas y barricadas. Más tarde se instaló en Egipto como maestro dibujante de los hijos del gobernador. Continuó haciendo fotografías hasta su muerte en El Cairo en 1884.
El Archivo de Palacio y la Real Biblioteca, dos fondos únicos
Desde 1995 el Archivo General de Palacio es el responsable de preservar y estudiar el material fotográfico perteneciente a Patrimonio Nacional. En total, el Archivo custodia en torno a 57.000 imágenes. A este conjunto se suman más de mil piezas de fotografía histórica en forma de álbumes que conserva la Real Biblioteca.
Estos dos fondos con sede en el Palacio Real de Madrid posicionan a Patrimonio Nacional en una institución de referencia, al atesorar algunos de los más emblemáticos ejemplares de la historia de la fotografía. Entre los autores representados están Charles Clifford, Jean Laurent o el propio Le Gray.
Desde que se diera a conocer la fotografía en el reinado de Isabel II, el nuevo arte pasó a conformar una parte importante de las Colecciones Reales. Algunos de los temas que integran estos fondos son el retrato, el registro de sus colecciones artísticas, las grandes obras públicas, los eventos culturales, los desastres naturales y un nutrido abanico de vistas y paisajes.
Mas noticias, reportajes, criticas y reseñas en