Eduardo Jáudenes de Salazar (CEO de ARTEDEI)
Del lapicero al buril. El dibujo para grabar en tiempos de Goya es una exposición de visita obligada para todos los amantes del arte.
Una exposición que no puedes dejar de ver bajo ningún concepto.
Mereció la pena, sin lugar a dudas, montar y ver esta muestra.
Impecablemente organizada por el Museo Nacional del Prado. Madrid
Contando con una magnifica labor curatorial de José Manuel Matilla, Jefe de Conservación de Dibujos y Estampas del Museo Nacional del Prado, y Ana Hernández Pugh.
Hasta el 14 de enero, en la sala D del edificio Jerónimos, el Museo del Prado presenta una selección de 80 dibujos y estampas que pone de manifiesto el relevante papel de estos diseños en el proceso creativo del grabado calcográfico en la España desde mediados del siglo XVIII a comienzos del siglo XIX: “Del lapicero al buril. El dibujo para grabar en tiempos de Goya”.
Aunque en la exposición se exhiben obras de varios autores, el eje central de la muestra gira en torno a dos figuras fundamentales en el desarrollo del arte del grabado, Manuel Salvador Carmona (1734-1820), el artista que mejor dominó la técnica académica del buril en España, y Francisco de Goya (1746-1828), cuya genialidad y particular entendimiento del aguafuerte abrió nuevos caminos a la creación artística.
Al mismo tiempo, esta exposición se convierte en una ocasión única para dar a conocer algunas de las obras que el Museo del Prado ha adquirido en los últimos años al hilo de este proyecto.
Comisariada por José Manuel Matilla, Jefe de Conservación de Dibujos y Estampas, y Ana Hernández Pugh, responsable del catálogo razonado de los dibujos Manuel Salvador Carmona, esta exposición ofrece un recorrido en torno a los dibujos preparatorios que se realizaban previos al grabado sobre la lámina de cobre, enfatizando y destacando su importancia tanto instrumental como artística.
Así, se muestran al visitante las distintas técnicas y procedimientos empleados desde mediados del siglo XVIII y principios del XIX para traspasar la composición deseada a la lámina de cobre y, de este modo, enseñar cómo los dibujos preparatorios jugaron un papel importante en el entendimiento de la obra por parte del grabador.
La formación de dibujantes y grabadores cualificados, en la segunda mitad del siglo XVIII, encabezados por Manuel Salvador Carmona, permitió ilustrar con estampas los textos que difundían el pensamiento ilustrado. Mientras que las estampas de esa época son muy conocidas, los dibujos para grabar que les sirvieron de punto de partida han quedado relegados a un segundo plano en la historia del arte por su carácter funcional. Sin embargo, en ellos estaba definida la composición que posteriormente iba a ser llevada con total precisión y fidelidad a la lámina de cobre.
Esta exposición revela así un mundo artístico mucho más amplio que se articula en torno a los conceptos que definen los usos y las técnicas de este tipo de obras para ahondar en las distintas fases del proceso creativo mostrando la diversidad de pasos y estados por los que un grabador al buril debía pasar hasta dar por finalizada su obra. En definitiva, la exposición quiere poner de manifiesto que solo a partir de un buen dibujo es posible obtener una buena estampa.
Mas reportajes, criticas y reseñas en