Eduardo Jáudenes de Salazar (CEO de MUSICAS)

Escuchamos a Cristina Domínguez en un concierto de asistencia obligada para todos los amantes de la música.
Cristina Domínguez es una artista preparada, con calidades extraordinarias, luciendo primorosa y riquísima técnica, plural variedad de matices y personalidad arrolladora.
Abordando detalles que avalan su clase. Libertades en el uso de la forma y el color que se integran perfectamente en el conjunto.
Dueña del color en los fragmentos más sutiles y delicados, así como en los bellos y poderosos.
Las obras de Joan Valent que compusieron el concierto permitieron lucirse a la artista adecuadamente con su gran calidad. Sin olvidar a Renato Dona demostrando que el acto de tocar el violin es capaz de crear emoción en el público
La Orquesta Filarmonía de Madrid tocó muy bien y la música fluyó con vivacidad.
La Orquesta Filarmonía de Madrid tocó muy bien y la música fluyó con vivacidad.
Las distintas familias orquestales: cuerdas, metal, percusión, viento, madera estuvieron perfectamente niveladas.
Delicada, cuidando los detalles.
La orquesta se lució plenamente.
Desprendió contagiosa fuerza, plena y poderosa.
Plena de belleza, trasmitiendo emociones físicas.
No puede sorprender a nadie la clase magnífica de la orquesta.
Modelos de quietud, atención, respeto y disciplina.
Medida justa de virtuosismo y sentimiento.
Segura y firme.
Sólida de sonido y técnica.
Sonó con noble calidad, sólida, brillante.
El director Christian Frattima guió con brillantez, precisión y firmeza admirables.
El director materializa lo que sugiere con rapidez y precisión.
Mereció la pena, sin lugar a dudas, montar, escuchar y ver este concierto.
Canciones Singulares, interpretadas por la voz de la maravillosa soprano Cristina Domínguez, una obra que pasea por la vida de la soprano contando su historia desde su nacimiento, primeros pasos, primeros amores hasta un momento complejo de su vida. El momento que, tras unas revisiones, le detectan un cáncer que hace que su vida cambie y frene en seco. Comienzan nuevas rutinas de tratamientos, intervenciones, sesiones de quimioterapia que consumen el ánima. Pero Cristina se planta y decide enfrentarse a ello con la herramienta que mejor defiende: la música. Decide no rendirse y luchar con más fuerza y espíritu que nunca, encargándole a su amigo Joan Valent estas canciones. El compositor, buen amigo y conocedor de toda su historia, refleja en las Cuatro Canciones Singulares su historia llena de vida, la historia de su camino, su lucha y su triunfo.
Con la valentía que otorga el haberse enfrentado con una enfermedad casi innombrable, “Cáncer”, y encontrarse cara a cara con la muerte, Cristina se sube al escenario para interpretar su propio papel, la historia de su vida. Las Cuatro Canciones Singulares son un Canto de Amor inconmensurable a la vida y contienen un mensaje de profunda emoción, lleno de esperanza, energía y fuerza para los que están en una situación similar. Ella dedica esta Obra de Arte a los que lucharon a muerte y salieron victoriosos, a todas aquellas personas que lo intentaron y no pudieron, a los que tiraron la toalla, a los que no tuvieron tanta suerte y la enfermedad les arrasó. Se lo dedica con inmensa pasión a los que entendieron lo preciosa que puede llegar a ser la vida, los que aprendieron a condensarla en unos segundos, en unos minutos en un instante, en un silencio porque sabían que no había más tiempo…
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