© del texto Eduardo Jáudenes de Salazar (CEO de NEWSDEI)
Conocí a Antonio López en el Club 567, nos presentó Manuel Luna, director fundador del club, le manifesté mi deseo de hacerle una entrevista y quedamos al día siguiente en su casa-estudio, que casualmente esta muy cerca de la mía, ahí se rodó La luz del membrillo de Víctor Erice.
Tiene dos casas comunicadas, en una esta su vivienda y en otra su estudio.
Carmen Cervera, la mujer del Barón Thyssen, siempre dice que en su valiosa colección tiene una imperdonable falta, un cuadro de Antonio López, y eso se debe a que son muy caros para ella. Comienzo la entrevista preguntándole al maestro Antonio López que opina de lo que dice Tita Cervera.
-Mis cuadros llevan a veces años el pintarlos, están muy trabajados, las cosas valen lo que se paga por ellas, mis cuadros no son caros ni baratos, están a su precio, al precio que se venden, si fueran caros no los vendería y yo vendo cuadros.
-Naces el 6 de enero de 1936 en Tomelloso, provincia de ciudad Real ¿Cómo fue tu infancia?
-Soy el hijo mayor de un matrimonio de labradores acomodados cuya casa estaba situada en la calle Domecq.
-Lo de dedicarte a la pintura ¿cómo te viene?
Enseguida empecé a pintar de forma natural, eso acompañado de la influencia de mí tío, el pintor Antonio López Torres, conformaron mi decisión de dedicarme a la pintura.
-Tu formación pictórica.
-En 1949 me trasladó a Madrid para preparar su ingreso en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde coincidí con diversos artistas, como Enrique Gran, Amalia Avia y Lucio Muñoz, con los que creamos lo que se ha venido a llamar «Escuela madrileña».
Permanecí en la academia entre 1950 y 1955. En 1955, becado por el Ministerio de Educación, viajé a Italia, donde conocí de primera mano la pintura italiana del Renacimiento.
-¿Qué impresión te causaron las grandes obras del renacimiento vistas en vivo y en directo?
-Sufrí una pequeña decepción al contemplar en vivo las obras maestras que solo conocía por reproducciones, y que hasta ese momento veneraba. A partir de ese momento, comencé a revalorizar la pintura clásica española, que tan bien conocía, gracias a las frecuentes visitas al Museo del Prado, especialmente Diego Velázquez.
-¿Cuando empiezas a exponer?
Tras terminar los estudios, realizo mis primeras exposiciones individuales en 1957 y 1961 en Madrid, mientras trabajaba tanto en esta ciudad como en Tomelloso.
-En esa época te casas ¿no?
-Sí, en 1961 me caso con María Moreno, que como yo era pintora, y que me dio dos hijas, María en 1962 y Carmen en 1965, que también es pintora.
-También ejerces la docencia.
Desde 1965 y hasta 1969 fui profesor encargado de la Cátedra de Preparatorio de Colorido en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando.
-¿Que te pareció tu experiencia cinematográfica?
-Fue en 1990, el director de cine Víctor Erice rodó El sol del membrillo, donde se recoge mi proceso creativo mientras pinto un membrillero en el patio ese que hay ahí.
-Al poco tiempo te nombran académico.
En enero de 1993 fui nombrado miembro de número de la madrileña Real Academia de San Fernando, y en ese mismo año el Museo Reina Sofía me dedicó una exposición antológica.
-Creo que fue en Boston donde hiciste una exposición monográfica.
-En el 2008, el Museo de Bellas Artes de Boston me dedicó una exposición monográfica.
-En una subasta de Christie’s de Londres llegaste casi a los 2.000.0000 de libras.
-Exactamente 1.918.000 que pagaron por Madrid desde Torres Blancas, la mayor cantidad pagada hasta ese momento por una obra de un artista español vivo.
-Eso te consagro y empezaron a hacer exposiciones monográficas sobre tu obra
-En 2011, el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo de Bellas Artes de Bilbao me dedicaron sendas exposiciones temporales con obras de todas mis etapas, aunque mayoritariamente de mi última producción.
-El cuadro de La familia de Juan Carlos I
-Se creó una gran expectación en el 2014 con la entrega y presentación de uno de mis cuadros más ambiciosos, La familia de Juan Carlos I, obra en la que trabajé durante veinte años.
-¿Cual es tu método de trabajo?
-Una obra nunca se acaba, sino que se llega al límite de las propias posibilidades.
Con ese objetivote me acerco al objeto a pintar. Por eso invierto varios años, décadas en ocasiones, con una realización lenta y meditada, hasta que consigo plasmar la esencia del objeto en el lienzo.
-¿Cómo eliges los objetos a pintar?
Buscándolos entre la realidad que me rodea aquellos aspectos cotidianos, una vez elegido lo trato de captar a pleno detalle, rozando lo fotográfico. Mis preferencias van desde las vistas de Madrid hasta los retratos de mis familiares, pasando por los objetos más cotidianos y cercanos.
-¿Qué técnicas externas utilizas?
-Utilizo el escáner y la impresión en 3D para las esculturas de gran volumen.
-¿Cómo definirías tu pintura?
Soy un independiente en medio de un panorama artístico estructurado sobre el informalismo y la abstracción.
Tampoco me vinculo con las tendencias realistas europeas más recientes, o con el hiperrealismo americano.
Yo creo que mi pintura es simplemente la de Antonio López.
Con estas palabras acabamos la entrevista, no sin antes darme un catálogo de su exposición en el Museo Thyssen.
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